Artículos de Opinión

Consecuencias del 23 F. para Venezuela.

Los venezolanos no privilegiados por Maduro y sus secuaces, al revés de la mayoría, en reemplazo de las necesidades básicas que carecen con urgencia, reciben discursos plagados de consignas obsoletas, amenazas e insultos, contra quienes tienen la valentía de ofrecerlos.

La ayuda humanitaria puesta a disposición por varios países en beneficio de Venezuela, y que ha procurado llegar a sus destinatarios este 23 de febrero, ha tenido múltiples consecuencias, por sobre si se lograra tal objetivo. No se trata de simplificarlo, como si fuera un asunto deportivo, y determinar quien ganó y quien perdió y por cuántos puntos, como tal vez se intente evaluar. Estamos frente a un paso más, no por su resultado específico, sino porque se ha impuesto la razón y la moral, por sobre la barbarie y la brutalidad fanática. Sólo una mínima parte logró atravesar, de manera simbólica, la frontera venezolana, desde Colombia, Brasil o las Antillas Holandesas. Un gran esfuerzo colectivo, que sigue esperando, que en algún momento futuro o en los próximos días, se repita y alcance mayores resultados, en favor de aquellos que tanto necesitan alimentos o medicinas, ante el fracaso total en proporcionárselos de un régimen dictatorial e inepto.
Lo ha impedido por todos los medios a su alcance y con la máxima represión policial. Como pude referirme en un artículo anterior, ha optado, como temía, por cerrar sus fronteras e impedir por la fuerza y la violencia todo acceso humanitario, el que ha preferido quemarlo que aprovecharlo. Pretender que el sólo ingreso de la ayuda, hubiere terminado con el régimen que todo lo controla desde hace 20 años,  resulta desproporcionado e irreal. Hace sólo un mes hay un nuevo Presidente Encargado que ha obtenido decenas de reconocimientos, a pesar de que ahora corre más riesgo de ser encarcelado o eliminado. Buscar por ese sólo hecho que las fuerzas armadas o la Guardia Nacional, el soporte fundamental que tiene Maduro, se dividiera y lo sacara del poder, es igualmente ilusorio. Sin embargo, dicho control se ha resquebrajado y unos sesenta miembros de la Guardia Nacional han desertado y reconocido a Guaidó. A lo mejor no son los únicos. Estamos frente al inicio de una tendencia, y no a su término.
Los venezolanos no privilegiados por Maduro y sus secuaces, al revés de la mayoría, en reemplazo de las necesidades básicas que carecen con urgencia, reciben discursos plagados de consignas obsoletas, amenazas e insultos, contra quienes tienen la valentía de ofrecerlos. Todo lo cual no cambia su situación, sino que aumenta su crisis. Una prueba más de que dicha tiranía, desesperada y acorralada, sólo busca aferrarse al poder por el tiempo que pueda,  y que les garantice su supervivencia ganando tiempo, posponiendo el drástico juzgamiento que les espera.
Resulta evidente que estas acciones inhumanas, acompañadas de la ruptura de relaciones con Colombia, no afecta al régimen bien alimentado y cuidado, cada día con más sobrepeso, de Maduro y sus incondicionales. Sólo aumenta y recrudece, las carencias de la población contigua a Colombia, posiblemente impidiendo el éxodo masivo y constante que se dispersa, desde territorio colombiano, a tantos países de la región en busca de mejores oportunidades que su propio país les niega. Un sufrimiento adicional para una inmensa mayoría. No son los colombianos los necesitados, ellos proporcionan la ayuda. Son los venezolanos que les urge. Le queda eso sí, el recurso a un incidente fronterizo, seguido de alguna acción de fuerza, provocada o real. De ocurrir, Maduro habría sobrepasado todo límite y debería asumir sus consecuencias internacionales.
No son actos que enaltezcan al régimen actual, sino que por el contrario, lo envilecen y condenan. Seguramente quienes han mantenido posiciones tibias, de prescindencia o de soporte abierto o indirecto, podrán reevaluarlos frente a una evidencia irrebatible. Sólo quienes su fanatismo ideológico le impiden ver la realidad, podrán seguir con sus apoyos, y en consecuencia, sumarse a los cómplices de una crisis de lesa humanidad, delictual e imperdonable. Los derechos humanos que aseguran proteger, están violentamente vulnerados en buena parte de la población venezolana. Definitivamente inaceptable.
Politizar la ayuda humanitaria, denunciando una agresión militar extranjera a la soberanía venezolana, ya no se sostiene. ¿Dónde estaban las armas, los tanques, las tropas y los misiles en los camiones con alimentos y medicinas? ¿Acusarlos de estar contaminados y ser agentes cancerígenos, acaso no alcanza la estupidez? Provienen de las principales democracias del Continente Americano y Europeo, no de potencias mundiales de dudosas credenciales libertarias. Tal vez ahí está el mayor peligro y amenaza para Maduro y secuaces. La libertad y la democracia, por imperfectas que pudieren ser, son contagiosas e inevitables, y tarde o temprano, volverán a imperar en Venezuela, ciertamente sin Maduro y su fracaso.
Por algo ha dejado pasar la ayuda rusa, reconociendo indirectamente que tiene necesidades humanitarias, pero incorporando un elemento político para impedir las otras, como si el hambre y la salud pudieren evaluarse por motivos ideológicos. Una población que sólo requiere comer y medicinarse, y que no dispone de determinados insumos básicos, le da igual el origen político del proveedor. La comida y la salud jamás distinguen doctrinas o filosofías. Sólo son necesarias.
El régimen, en su desesperación y torpeza, a sumado un nuevo elemento en su contra este 23F. Ha quedado demostrado que el bienestar de su propia ciudadanía no existe en sus prioridades. La imagen grotesca de Maduro bailando mientras ordena reprimir con todo a sus connacionales, con muertos y heridos, resulta intolerable. El simple rechazo a dichas ayudas, y sin encontrar vías de solución a tantos problemas, no ha hecho más que  incorporar otro error de proporciones, que incrementa su aislamiento, y que suma un nuevo atropello a la moral y a la razón más elemental. Un paso más a su desprestigio y a su final ignominioso. (Santiago, 25 febrero 2019)

 

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