En días recientes, el gobierno de Malcoln Turnbull de Australia, anunció que utilizará mecanismos de democracia directa para aprobar matrimonio igualitario y reconocimiento indígena.

Al respecto, el portal de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), destaca que Australia es uno de los países en el mundo con más experiencia en la aplicación de consultas ciudadanas, con una larga tradición de 44 referendos en toda su historia.

Lo anterior, quedó también demostrado en la Asamblea General de Naciones Unidas de 2015, donde Julie Bishop, ministra de Relaciones Exteriores de Australia, quien en alusión a una de las metas del milenio -de crear sociedades pacíficas e inclusivas- señaló que debe oírse la opinión de los ciudadanos. “Los derechos humanos, los buenos gobiernos e instituciones abiertas e inclusivas son fundamentos cruciales para el desarrollo”, expresó.

En ese sentido, la BCN indica que dicha práctica representa un referente para la comunidad global, a propósito de las demandas por parte de los ciudadanos que tener más espacios de participación política, y donde los mecanismos de democracia directa más que un tema de discusión, se convierten en una necesidad para muchas sociedades.

Asimismo, recuerda que tal idea es reafirmada en el mismo contexto por otros países democráticos, y que además se condice con el planteamiento que hace el PNUD en su último informe para Chile, respecto de que la construcción de la democracia es un proceso que requiere de que los ciudadanos puedan ejercer su rol de sujetos democráticos.

Por otra parte, la BCN explica que desde la ciencia política –para lograr los objetivos en comento- se reconoce a la democracia directa como un conjunto de mecanismos que si son bien empleados, pueden fortalecer el poder político de los ciudadanos en cuanto a la toma de decisiones. Añade que, si bien estos mecanismos se pueden manifestar en votaciones, se diferencian de las elecciones generales, incluso podrían considerarse complementarias en cuanto a que permiten que los ciudadanos sean oídos durante los períodos entre las elecciones y sus campañas.

Sin embargo, el documento expresa que, según la Red de Conocimientos Electorales (ACE), la democracia directa más que una forma particular, corresponde a distintos tipos de procedimientos que acercan a los electores a la toma de decisiones públicas, estableciendo tres tipos de votación que “ponen el poder en manos de los ciudadanos”: Los referendos, que son votaciones sobre temas específicos que no implican la adhesión o preferencia por un partido político, incluso un candidato; Las iniciativas ciudadanas, donde los ciudadanos proponen reformas constitucionales. Para activar este procedimiento es necesaria la recolección de un determinado número de firmas que luego deben ser oficializadas y; Revocatorios de mandato, procedimiento electoral por el que los ciudadanos pueden poner fin a la permanencia de un cargo elegido democráticamente.

En el caso de nuestra Carta Fundamental, la BCN aclara que no existe la figura del Referéndum, pero sí existe una normativa sobre Plebiscitos que permite consultas a nivel comunal. Agrega que frente a la posibilidad de ampliar los mecanismos de democracia directa, Fernando Rosenblatt señaló que esto es una necesidad, pero que se tiene que hacer con cautela.

Finalmente, el cientista político citado explicó que “mejorar esto mediante reformas institucionales es bastante complicado, soy escéptico en transformar la intensidad con la cual la ciudadanía participa en la democracia. Creo que en la medida que sean activados desde abajo pueden ser mecanismos que permitan canalizar mejor ciertas decisiones que son difíciles de tomar. Pero es muy difícil de lograrlo de la noche a la mañana. Hay otras instituciones para fortalecer, especialmente de la democracia representativa, que podrían tener incluso mayor impacto en la calidad de la democracia en Chile”

Vea texto íntegro del documento.

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