El Tribunal Supremo (TS) ruso prohibió la congregación, ha ilegalizado sus actividades y además ha ordenado la incautación de todos sus bienes.
Cabe recordar que fue el Ministerio de Justicia, quien interpuso la demanda de prohibir a los Testigos de Jehová en Rusia, suspendiendo el trabajo del Centro y de 395 filiales en todo el país hasta que el Supremo dicte el fallo definitivo, por considerarlo una amenaza para los ciudadanos, el orden público y la seguridad de la sociedad.
A juicio de Svetlana Borísova, representante del Ministerio de Justicia de Rusia, la literatura que propagan los Testigos de Jehová está incluida en la lista de publicaciones extremistas y recordó que su prohibición de las transfusiones de sangre amenaza la vida de las personas.
Según dijo la abogada del Ministerio de Justicia, Svetlana Borisova, la congregación representa una "amenaza para los ciudadanos, para el orden público y para la seguridad de la sociedad".
Para que se emitiera la sentencia, Borisova llevó a varios exadeptos a la corte para que compartieran sus experiencias con el grupo religioso y demostraran que los altos cargos de la iglesia "habían controlado por completo su vida íntima, su educación y su trabajo".
Por su parte, el 'Centro de los Testigos de Jehová' puede recurrir el fallo del Supremo y en este caso la disposición sobre la prohibición no entrará en vigor mientras el juez examine el recurso de apelación.
Ellos consideran que las acusaciones del Ministerio de Justicia de Rusia son falsas, gratuitas y calumniosas, mostraron su rechazo por la decisión del Supremo y adelantaron que recurrirán ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Cabe señalar que los Testigos de Jehová son una organización religiosa internacional que comparte numerosos preceptos de las corrientes no ortodoxas del cristianismo pero que basa sus creencias en un entendimiento propio de la Biblia.
 

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