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Programa Américas.

Publican “La trata de personas en las Américas y Chile”.

La BCN señala que nuestro país debe seguir generando capacidades para implementar el marco normativo contra la trata; incrementar los esfuerzos para identificar y proteger a las víctimas; y mejorar la capacidad del sistema de justicia penal para investigar y procesar este delito.

25 de julio de 2017

La Biblioteca del Congreso Nacional, en su sección Programa Américas, publicó el artículo “La trata de personas en las Américas y Chile”.
El documento señala que la trata de personas es un delito que afecta a todos los países del mundo. Según el índice Global Slavery Index (2016), se estima que en el mundo hay 45.8 millones de personas que sufren algún tipo de esclavitud moderna, en 167 países. Mientras que en las Américas el 70% de las víctimas identificadas de trata son mujeres, las que tienden a ser explotadas sexualmente, en Chile la mayor cantidad de víctimas identificadas son hombres, quienes son explotados en el ámbito laboral.
A continuación, la BCN diferencia los conceptos de trata de personas y tráfico ilegal de inmigrantes. La trata es una forma de esclavitud moderna cuyas víctimas pueden ser nacionales o extranjeros, lo que implica que pueden haber cruzado una frontera o no. Por otro lado, el tráfico ilegal de migrantes requiere un cruce fronterizo, en cuanto es la facilitación de la entrada ilegal de una persona a un Estado, con el propósito de obtener un beneficio económico. Muchas de las víctimas de trata son, de hecho, migrantes, ya que son personas especialmente vulnerables. Sin embargo, también existen personas que son sometidos a trata en su país de origen.  
Plantea enseguida que si bien la mayoría de las víctimas de trata en el mundo sufren explotación sexual, las víctimas de trabajo forzado van en aumento. Otras formas de explotación son la trata de personas como mendigos, para matrimonios forzados, producción de pornografía y tráfico de órganos.
A nivel mundial, agrega, la mayor cantidad de víctimas identificadas siguen siendo mujeres, sin embargo, las víctimas hombres, los niños y niñas han aumentado crecientemente en los últimos diez años, según un informe de 2016 de Naciones Unidas. 

Trata de personas en las Américas

La BCN sostiene que en nuestro continente el 70% de las víctimas identificadas de trata son mujeres, las que tienden a ser explotadas sexualmente, según el informe citado.
Según Naciones Unidas, si bien en las Américas el delito más común en trata de personas es la explotación sexual, en Chile la mayoría de las víctimas identificadas lo ha sido de trabajo forzado. Cabe puntualizar que, al ser un delito, es muy difícil estimar la cantidad de víctimas reales de trata.
El texto expone que según información de nuestro Gobierno, entre los años 2011 y 2016 han sido formalizadas 29 causas por el delito de trata de personas, comprendiendo a 206 víctimas. La mayoría de las víctimas identificadas han sido por trata de tipo laboral (142), seguido por víctimas de explotación sexual (64).
En nuestro país, la Ley Nº20.507 de 2011 introdujo modificaciones en el Código Penal, definiendo los delitos del tráfico de migrante y de trata de personas, estableciendo penas y multas y considerando como agravante que las víctimas sean menores de edad.
Asimismo, añade la BCN, se encuentra vigente el Plan de Acción contra la trata de personas (2015-2018), diseñado por la Mesa Intersectorial sobre Trata de Personas, para prevenir y combatir este delito en nuestro país. Este plan se basa en cuatro ejes de acción: prevención y sensibilización; control y persecución del delito; protección y asistencia a las víctimas; y cooperación y coordinación interinstitucional. 

Algunas recomendaciones de Naciones Unidas (2016)

Según el último Informe Global sobre Tráfico de Personas, elaborado por la ONU, los Estados como Chile deberían:
Profundizar la cooperación internacional y regional para afrontar la trata de personas, concentrándose en: asistencia legal mutua, investigaciones conjuntas y desarrollo de técnicas de investigación especiales.
Generar capacidades para acelerar la implementación de los marcos legislativos nacionales, lo que es especialmente importante para países como Chile, en donde recientemente se adoptó legislación que tipifica la trata como delito (2011).
Realizar mayores esfuerzos para identificar y proteger a más víctimas.
Considerar en el proceso de elaboración de políticas públicas los diferentes factores de riesgo que exponen a los niños y a los migrantes a la trata de personas.
Mejorar la capacidad del sistema de justicia penal para identificar, investigar y procesar casos de trata de personas.
Finalmente, la BCN destaca que la trata de personas ha adoptado cada vez mayor relevancia en el ámbito internacional. Prueba de ello es su incorporación en distintos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

 

Vea texto íntegro del documento

 

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