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Renacimiento.

Acerca de la relación que existe entre el derecho con la expresión “llevar los bártulos”.

Esta expresión la utilizaban los estudiantes de derecho cuando transportaban los manuales escritos por el insigne jurista Bártolo de Sassoferrato.

18 de diciembre de 2017

Los bártulos son los “enseres que se manejan” según la Real Academia Española y  el propio diccionario apunta a la raíz de  la expresión haciendo referencia a que proviene de Bártolo de Sasoferrato,  famoso jurisconsulto italiano del s.XIV (1313-1357) y  profesor de la Universidad de Bolonia, en Italia.
Cabe recordar que era parte de los comentaristas o “consiliatores”, cuyas obras cerraron el ciclo del derecho medieval y abrieron el derecho moderno.
Fue efectivamente el jurista más famoso e influyente de su tiempo y de los siglos posteriores. Gracias a sus tratados sobre el derecho romano configuró el Derecho Privado Común.
Sasoferrato, junto a Pistoya, Ubaldi y Maino fueron los auténticos fundadores de la jurisprudencia europea.
Con su trabajo convirtieron el derecho compilado por el emperador Justiniano, en el siglo VI después de Cristo.
Como muestra de su influencia se publicaron leyes en España y Portugal en el s. XV que ordenaban seguir sus opiniones en caso de que otras dos fuentes guardaran silencio.
Así, los estudiantes de las primeras universidades de leyes tenían como parte fundamental el estudio de esos voluminosos tratados y como debían acudir con ellos a clase los solían atar con una cinta y se los echaban al hombro para llevar los libros de bártolo dando origen a la expresión atar o liar los bártulos.
Es decir que la expresión fue creada por los estudiantes universitarios, pasando luego a describir en general los libros que acarreaban de un sitio a otro y finalmente en nuestros días como enseres que se manejan.
Para ellos era lógico, por lo tanto, llevar los “bártolees”  de un sitio a otro.
Los “bartolees”, con el tiempo, se transformaron, en castellano, en bártulos y ahí se quedó la frase, hasta nuestros días, seis siglos después.
Como curiosidad nunca se ha de utilizar en singular, siempre serán pues: los bártulos.

 

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