Noticias

Programa Américas.

Acerca de la agricultura sostenible y alianzas público-privadas en América Latina.

Se indica que generar modos de producción agrícola sostenibles, que incrementen la producción actual de alimentos sin amenazar su producción futura, es una importante meta de la comunidad internacional, siendo parte de la Agenda 2030.

22 de diciembre de 2017

En una reciente publicación se aborda el tema de la agricultura sostenible y alianzas público-privadas en América Latina.
El documento afirma que la agricultura sostenible busca aumentar la productividad y suplir la demanda de alimentos, pero respetando al medioambiente y a las comunidades locales, generando empleos y una vida digna para los involucrados en la producción alimentaria. Se trata, según el Ministerio de Agricultura, de un tipo de agricultura eficiente que “garantiza la satisfacción de las necesidades nutricionales básicas de las generaciones actuales y futuras, y aporta diversos beneficios económicos, sociales y ambientales”.
A continuación se señala que lograr que los sistemas de producción de alimentos sean sostenibles y resilientes es una de las metas del Objetivo Nº2 (Hambre Cero) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Esta agenda de desarrollo busca que hacia el 2030 los países aumenten la productividad agrícola contribuyendo al mantenimiento de los ecosistemas, fortaleciendo la capacidad de adaptación al cambio climático y mejorando progresivamente la calidad del suelo y la tierra.
Luego se dan a conocer las diversas maneras de promover la agricultura sostenible, las que pueden ser implementadas por pequeños agricultores y sus comunidades, por el Estado, por empresas privadas, por universidades, ONGs, organizaciones internacionales, entre otros actores.
Y, se analiza el rol de la acción conjunta entre el Estado y el sector privado en la promoción de este tipo de agricultura responsable frente a las personas y al planeta.
Una alianza público-privada, se define, es cuando una institución pública genera un acuerdo con una o más organizaciones del sector privado (empresas, ONGs, universidades, entre otros actores), para que estas últimas otorguen servicios o desarrollen labores que son de responsabilidad del sector público, generando beneficios sociales. Tal como sostiene un documento de la FAO (2016), las alianzas público-privadas son un mecanismo para mejorar la provisión de bienes y servicios públicos al generar una asociación con el sector privado, pero asegurando que el Gobierno retenga un rol activo en la determinación de los objetivos socioeconómicos a alcanzar.
El texto explica, que los altos costos de los proyectos agrícolas es uno de los factores que explica la promoción de alianzas público-privadas en este sector. Ello, ya que este tipo de alianzas son mecanismos para acceder a recursos económicos adicionales y para compartir riesgos de inversión entre el sector público y el privado. Este tipo de alianzas son emergentes en el ámbito de la agricultura, siendo especialmente comunes en los sectores de infraestructura, salud y educación.

Alianzas público-privadas en agricultura en nuestra región

Se asevera en el documento que luego de investigar lo que sucede en este ámbito en 15 países de África, América Latina y Asia, la FAO (2017) concluye que los tipos de alianza público-privadas en la agroindustria varían mucho entre regiones. En el caso de América Latina, la mayoría de los casos identificados dicen relación con el desarrollo de cadenas de valor, particularmente para ampliar el acceso a mercados (tanto nacionales como internacionales) y revitalizar los sectores de productos básicos. Esta realidad, se sostiene, difiere con lo que sucede en Asia, en donde se registran muchos casos de alianzas público-privadas relacionados con innovación y transferencia de tecnología, y de infraestructura.
Enseguida el documento detalla que en Chile existen varias experiencias de alianzas público-privadas en el sector de la agroindustria. Según un informe de la FAO (2013), este tipo de alianzas en la agricultura chilena ha beneficiado tanto al sector público como al privado. El sector público tiende a beneficiarse con el aumento de empleos, la inclusión, innovación y el mayor dinamismo agrícola en territorios usualmente marginados. Por otra parte, en Chile, el sector privado tiende a beneficiarse con rentabilidad y mayor acceso a mercados, menores costos de pre-inversión y mejor relación con proveedores. Según este documento, para ampliar programas de este tipo, en Chile las empresas de un mismo rubro deben superar el individualismo y la desconfianza en relación a otras empresas similares, así como progresar en la coordinación con instituciones públicas.
De acuerdo al documento, algunos casos de alianzas público-privadas en Chile que son destacados por la FAO son: el programa territorial integrado del pisco (llevado a cabo entre la industria pisquera y el FIA, y que tiene como propósito cambiar el destino de la producción y las estrategias de comercialización), y un proyecto de cooperación entre la cooperativa Colún y la CORFO (mediante el cual se busca mejorar la productividad y la calidad de los proveedores). Fuente: www.bcn.cl

 

Vea texto íntegro del documento

 

RELACIONADOS
*Publican “El sistema de agricultura sostenible en Tailandia que apunta a la seguridad laboral y alimentaria”…
*Publican “Manejo forestal sostenible: recomendaciones para América Latina”…

 

Te recomendamos leer:

Agregue su comentario

Agregue su Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *