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Cómo el socialismo del siglo XXI trajo la miseria a Venezuela.

LyD espera que la triste lección aprendida por el pueblo venezolano sirva de enseñanza a aquellos que postulan que el socialismo sí funciona.

18 de marzo de 2019

En una reciente publicación del Instituto Libertad y Desarrollo se da a conocer el artículo “Cómo el socialismo del siglo XXI trajo la miseria a Venezuela”.
LyD afirma que desde enero del 2019 que la situación de Venezuela ha entrado con fuerza al centro del debate de los foros internacionales. Ello, debido a la instalación de un segundo gobierno de Nicolás Maduro, tras la viciada elección de mayo del 2018, que lo mantiene en el poder. En momentos en que la comunidad internacional finalmente ha comenzado a cuestionar la legitimidad de su presidencia, se debe tener presente que la gran miseria en la cual hoy se encuentra Venezuela se debe a las políticas económicas y sociales implementadas por los gobiernos de Chávez y Maduro. El socialismo llegó con fuerza a Venezuela el año 1999 con el entonces Presidente Hugo Chávez, quien al asumir prometió prosperidad, igualdad y seguridad, cimentando las bases para lo que hoy se entrega: pobreza, miseria y tiranía.

DOS DÉCADAS DE POLÍTICAS ERRADAS

El texto, continúa, que si bien ahora la comunidad internacional ha reaccionado frente al atrincheramiento en el poder por parte de Nicolás Maduro, declarándolo dictador y cuestionando su legitimidad en la presidencia, la situación de pobreza en la cual está sumergido el país tiene más bien que ver con las consecutivas reformas de corte socialista que se han venido implementando desde que asumió Chávez a fines de los años ´90.
LyD expone que de acuerdo al Índice de Libertad Económica elaborado por el Fraser Institute de Canadá, Venezuela era un país que gozaba de altos niveles de Libertad Económica. El año 1970 se encontraba entre los países más libres, ubicándose en el lugar 10 del ranking mundial en términos de libertad económica. Hoy se encuentra en el último lugar, es decir, es el país menos libre, incluso detrás de Cuba y Corea del Norte. La triste realidad venezolana nos muestra que coartar la libertad económica termina por transformar un sueño en una pesadilla.

EL SUEÑO QUE TERMINÓ EN PESADILLA

Luego, el texto recuerda que en 1999 asumió Hugo Chávez la presidencia de Venezuela, anunciando importantes reformas. Los ejes de éstas se enfocaban en el acceso a alimentos, mejoras en vivienda, salud y educación. Si bien en los inicios Venezuela mostró mejoras en sus variables económicas y sociales, éstas comienzan a revertirse hacia el año 2007. Luego de la reelección del Presidente Chávez ese año, éste instala con fuerza la idea que Venezuela se dirigía hacia una transición al socialismo del siglo XXI.
A partir de entonces, añade, se profundizó un proceso de expropiaciones y confiscaciones a varias empresas nacionales e internacionales del sector agrícola, industrial, eléctrico, financiero, servicios y telecomunicaciones. Junto con ello se crearon nuevas empresas y entes públicos para realizar compras en el exterior y distribuir bienes en el marco de la política social implementada, vinculada a la red clientelar del partido de gobierno. Junto con ello, también se ampliaron las facultades del gobierno para ejercer el control de precios, de utilidades y de cómo se distribuye la producción de bienes al interior del país. Hoy buena parte del gasto público se entrega a través del Carnet de la Patria, documento por medio del cual se otorgan, en forma discrecional, los beneficios desde el Estado. De acuerdo con Maduro, más de 15 millones de venezolanos poseen hoy el mencionado carnet.
La destrucción de la actividad privada, asegura LyD, debido a las recurrentes expropiaciones, así como también del sistema de control de precios como mecanismo de asignación de los recursos, llevó a que la economía en los últimos cinco años haya caído a la mitad. La política cambiaria fijada por el gobierno, con un tipo de cambio fuertemente distorsionado, también hizo lo suyo.
Ello, asevera también, llevó a un acelerado endeudamiento público, al reemplazo gradual de la producción nacional de alimentos y de toda clase de bienes de consumo, insumos y bienes de capital por importaciones más baratas debido al tipo de cambio fijado por el gobierno. Así, el tamaño de la economía para el año 2019 se estima que se habrá reducido a niveles similares a los registrados el año 1977. El PIB por habitante será el menor que se registra desde 1960.
Incluso, añade, la “gallina de los huevos de oro” -el sector petrolero- no se ha salvado de la ruina del socialismo. La producción de petróleo ha registrado una fuerte contracción, llegando a los niveles más bajos de los que se tiene registro. Así, a pesar de la recuperación del precio del petróleo durante los últimos años, la caída de la producción como consecuencia de la falta de inversión ha llevado a que el año 2018 Venezuela haya producido el menor nivel de los últimos 70 años.
Además, puntualiza LyD, el Banco Central, cuyo directorio obedece instrucciones directas del Presidente de la República, ha financiado un persistente y creciente déficit fiscal que viene arrastrando el país desde el año 2006, lo que ha generado una hiperinflación que para este año 2019 el Fondo Monetario Internacional estima que será de un 10.000.000%.
Todo ello, dice el texto, finalmente ha redundado en un fuerte aumento de la tasa de la pobreza, llevando a que más del 90% de la población viva en condiciones de precariedad, de acuerdo a la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (ENCOVI) que se realiza desde el año 2014.
Pero, lamenta, la falta de bienes y servicios materiales no es el único flagelo. A ello se suma que, según el Observatorio de Violencia, Venezuela posee una tasa de 81,4 muertes violentas por cada cien mil habitantes, la más alta de Latinoamérica, tasa que duplica a los países tradicionalmente más violentos de Centroamérica, como Honduras y El Salvador. El corte de suministro eléctrico que se prolonga por más de una semana – que también trajo consigo un corte de agua- sólo refleja la situación precaria en la que se encuentra el país como consecuencia de la ausencia de inversiones realizadas en este sector. Ya desde el año 2008 que se registra un servicio defectuoso con permanentes interrupciones.
Así, concluye LyD, y tal y como se resume bien en The Mises Report “…de la misma forma en que un esquema de Ponzi o de cartas en cadena inicialmente tiene éxito, pero a la larga colapsa, el socialismo puede mostrar signos tempraneros de éxito. Pero cualquier logro rápidamente desparece al emerger las deficiencias fundamentales de la planificación centralizada. Es la ilusión inicial de éxito que le brinda a la intervención gubernamental su atracción perniciosa y seductora. En el largo plazo, el socialismo siempre ha probado ser una fórmula para la tiranía y la miseria”. Es de esperar que la triste lección aprendida por el pueblo venezolano sirva de enseñanza a aquellos que postulan que el socialismo sí funciona.

 

Vea texto íntegro del informe

 

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