En una reciente publicación del Instituto Libertad y Desarrollo se da a conocer el informe “Crecimiento económico: una ayuda para todos”.
Se sostiene que en mayo de este año, el Banco Mundial publicó el “Atlas 2018 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, que consta de 17 objetivos para los países miembros, entre los cuales está la disminución de las desigualdades.
El informe ubicó a Chile en el nivel de alto cumplimiento de dicho objetivo, en el sexto lugar dentro de la categoría de los 61 países donde los ingresos de la población perteneciente al 40% más pobre han crecido más que el promedio nacional, tomando datos entre el año 2009 y 2014.

AUMENTO DE LOS INGRESOS ¿CRECIMIENTO O REDISTRIBUCIÓN?

El documento recuerda que el ex Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, reconoce en una reciente publicación que la expansión del ingreso y consumo de la población se debe mayoritariamente al crecimiento económico. Y que, en contraste, el efecto de la redistribución es limitado, pues incluso si se realizara una redistribución radical de ingresos entre las personas, el efecto sería sólo una pequeña fracción de lo que el crecimiento puede lograr.
LyD presenta un resultado extraído de la publicación referida, donde se realiza la descomposición del cambio de los ingresos per cápita en redistribución y crecimiento en términos reales, entre los años 1990 y 2015. Éste da cuenta que toda la población ha tenido un aumento de un 280% de sus ingresos per cápita debido al crecimiento económico, muy por sobre el efecto de la redistribución de recursos. Aunque hay variación respecto a este último: la población del 10% superior de ingresos per cápita del país, ha visto disminuido en un 19,1% sus ingresos por efectos redistributivos, mientras que si se toma el 10% inferior, por redistribución su ingreso se ha visto incrementado en un 41,7%.
Esta conclusión es muy importante, se asevera en el documento, ya que en el escenario político chileno hay sectores de la izquierda (así como el mismo Gobierno en que participó Valdés) que han insistido en la redistribución del ingreso como la herramienta principal para la superación de la pobreza, lo que empíricamente pareciera no sostenerse.
Luego LyD arguye que ello ha llevado a descuidar el crecimiento económico durante los últimos años,  pero afortunadamente, el votante mediano el día de hoy está en conocimiento de este hecho y considera que el crecimiento es un tema central para el desarrollo económico de toda la sociedad.

EL ROL DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN LA DISMINUCIÓN DE LA POBREZA

LyD propone que otra forma de dimensionar la relevancia del crecimiento económico, es analizando su rol en la disminución de la pobreza. Para ello se utiliza la metodología propuesta por Datt-Ravallion (1992), según la cual se descompone el cambio en la tasa de pobreza, por la parte que responde a una mejora generalizada de los ingresos (crecimiento económico), la que se explica por una redistribución de recursos, y un residuo (lo que no es explicado por ninguna de las dos variables anteriores).
Esta descomposición, se indica, había sido calculada para Chile, obteniendo resultados consistentes con los de Valdés: el crecimiento económico aporta significativamente en la reducción de la tasa de pobreza, y en una proporción mayor que las demás variables.
Enseguida se da a conocer la estimación para el período entre 2006 y 2013, observándose que el efecto del crecimiento en la reducción de la pobreza fue más del doble que el efecto de la redistribución de recursos.

NUEVOS ANTECEDENTES SOBRE MOVILIDAD

El documento afirma que en línea con los hallazgos anteriores, un reporte publicado la semana pasada por la OCDE, y en el que ahondaremos en una próxima publicación, da cuenta que, a diferencia de lo que ocurre con otros países, Chile ha experimentado una elevada movilidad social medida como la menor persistencia con que una persona permanece en el 20% de menores ingresos de la población. Asimismo, se añde, en nuestro país hay una mayor probabilidad que una persona cuyo padre se encontraba en el primer quintil de ingresos, logre mejorar su situación.
En ese contexto, el mismo informe realiza una serie de recomendaciones, entre las cuales destaca la focalización de los esfuerzos públicos en los grupos vulnerables y en la infancia. Dados los antecedentes expuestos, se destaca que es importante el foco que tomen las políticas públicas en materia social, para que vaya de la mano de la promoción del desarrollo económico, pues éste constituye la base para que un país genere no sólo más, sino también mejores empleos, mejores sueldos, y en general mejores oportunidades para la reducción de la pobreza, así como para una mayor movilidad social.
LyD concluye que tal como muestra el reciente informa del Banco Mundial, la evolución que ha mostrado Chile hasta el año 2014 en cuanto al crecimiento de los ingresos de la población ha sido muy positiva. Más aún cuando se tiene en cuenta el incremento real de los ingresos de las personas de los deciles más pobres. Esto desmiente habituales afirmaciones respecto a que el modelo económico imperante en Chile haría que los ricos fueran más ricos y los pobres más pobres. La evidencia demuestra que es todo lo contrario: los segmentos más pobres de la población se han beneficiado en mayor medida.
Por último, aclara que dentro de los factores más importantes que parecen haber contribuido con estos avances están el crecimiento económico y la redistribución de recursos, siendo el efecto del primero bastante mayor y homogéneo que el del segundo. En ese contexto, es preocupante el deterioro que ha experimentado nuestra economía durante los últimos años que no han sido medidos en el presente informe. El desafío es claro: las propuestas de política pública no pueden descuidar la importancia del crecimiento económico para el progreso de la población.

Vea texto íntegro del documento

RELACIONADOS
*Sobre la "Cuenta Pública: una agenda social potente, pero insuficiente impulso al crecimiento"…
*Cuenta Pública Presidencial: Énfasis en materia de infancia, seguridad ciudadana y crecimiento…