Entrevista

Modificaciones, fortalezas y debilidades.

Código de Aguas: entrevista a Fernando Santibáñez, ingeniero agrónomo y docente de la Universidad de Chile.

No tenemos que ser tan creativos, sino más bien, mirar las legislaciones que existen en otros países.

24 de agosto de 2018

Por Bastián Jaque, Francisca Soto y Jorge Soto.

En días recientes Diario Constitucional entrevistó a Fernando Santibáñez, ingeniero agrónomo y docente de la Universidad de Chile. En la actualidad es reconocido por su alto conocimiento respecto al Código de Aguas,quien nos menciona que "este país tiene mucha creatividad y esto se ve reflejado en el  Estatuto del agua, sin embargo, dicha creatividad no es necesaria en estas circunstancias. Lo que realmente se necesita es mirar las legislaciones que existen en otros países y en base a esto realizar cambios en las nuestras".
Es partidario de que el Estatuto de Aguas deba corregirse en algunos aspectos: “el código de aguas debería regir para los nuevos derechos de aguas, no para los otorgados”, aclaró.
Durante su vida académica le ha correspondido ser responsable de numerosos proyectos FONDECYT, FONDEF, Unión Europea, Global Environment Facility, UNDP, IICA, así como de organismos nacionales como CONAMA, ODEPA, SAG, COMSA, CIREN y otros.
Actualmente es miembro del Consejo de Cambio Climático del Ministerio de Agricultura. Ha publicado más de 60 artículos relevantes, varios capítulos de libros de editoriales extranjeras y dos Atlas Agroclimáticos de Chile.

 

A su juicio, ¿qué motivó el interés de realizar modificaciones al Código de Aguas?

Que se corrijan los problemas que el código antiguo tiene, problemas que le dan una gran rigidez a la gestión de agua en Chile, flexibilizando el concepto de tenencia de agua. Además el Estado no puede atarse de manos en términos del uso que se le da a un recurso tan vital como el agua. Ya se está viendo un problema como el de Petorca, en donde se pedirá una conciliación de intereses que será bastante difícil de hacer ya que el Código de Aguas es bastante rígido. Las expectativas son que tengamos un Estatuto como la mayoría de países en el mundo, garantizar así a los distintos usuarios del agua y que el Estado tenga la capacidad de actuar como mediador y concilie intereses entre éstos. El código no previó muchas situaciones; que el agua se podía acabar en un valle como pasó en Petorca y como sucede más al norte. Nosotros estamos en desfalque en materia hídrica en buena parte del país y por eso ha surgido con fuerza este tema.

 

¿Cuáles destacaría usted como las modificaciones más importantes realizadas al Código de Aguas?

Hay que hacer una distinción entre los derechos que ya se otorgaron, bajo un régimen conocido por todos que era agua a perpetuidad y los nuevos derechos de agua que puedan emerger de las nuevas acciones del Estado, que pueda generar nuevas fuentes de agua. Se habla hoy día de una carretera hídrica para traer agua del sur hacía el norte, generando nuevos recursos de agua en zonas donde no había, eso tendría que estar sujeto al nuevo código. El uso constituye derechos, los que se otorgarán de aquí a futuro, como transportar agua a grandes distancias o inyectar agua en las napas, surgiendo nuevos derechos de agua o nuevos embalses. Así, deberían estar sujetos a un régimen que sea más coherente con la Constitución de Chile que establece que el agua es un bien de uso público, como el aire. A nadie se le ocurriría asignarle perpetuidad al aire. Los nuevos derechos del agua deberían estar sujetos a que yo demuestre los bienes de propiedad y usufructo.
Lo que tiene que recoger finalmente el Código de Aguas es que los usuarios podamos pedirle al Estado que permita el usufructo de un bien que es público; el Estado no tiene la posibilidad de transferir la propiedad, el usufructo debe tener temporalidad y caducidad al igual que el agua, pero en la práctica estamos viendo que el agua se vende entre propietarios y privados yendo contra la normativa.

 

¿Cuáles cree usted que son las fortalezas y debilidades de la propuesta de modificación?

La fortaleza es que se sintoniza más con la Constitución de la República. La Constitución dice que el agua es un bien de uso público, por lo tanto, todos los bienes de uso público son propiedad de la sociedad completa, del Estado.
Tiene que haber una transferencia de usufructo hacía los usuarios, estos son, las compañías de energía, la agricultura, la ciudad y la industria. El Estado le transfiere el usufructo a estos usuarios en donde se le plantean reglas claras para el uso, de no cumplirse éste caduca.
Normalmente ningún Estado va andar caducando el usufructo a un usuario porque son todas áreas sensibles, no puede cortarle el agua a la ciudad porque la gente no está pagando este recurso. El no pagar el agua potable hoy por hoy no es causal de que la corten, antiguamente sí se podía. Lo único que pueden hacer es apremiar con distintos mecanismos legales para que se pague. Las causales de caducidad del usufructo tienen que ser claras y concretas, están sujetas a arbitraje, que tampoco pueda venir un funcionario del Estado a cortar el agua porque a él se le ocurrió. Deberían existir tribunales del agua, al que yo pueda recurrir como usuario cuando me sienta perjudicado por el propio Estado.

 

¿Cree usted que la reforma permite una gran oportunidad de modernización?

Yo creo que sí, no tenemos que ser tan creativos, sino más bien, mirar las legislaciones que existen en otros países. Yo creo que en Chile exageramos con la creatividad en este código que tenemos, somos únicos, no hay un país en el mundo que tenga esta tendencia, el agua me la da el Estado y yo la pongo en venta, mira qué bonito. Los precios de mercado que hoy día se están cobrando son extremadamente excesivos, hoy día en Copiapó un litro de agua por segundo cuesta $50.000.000 de pesos, mucho más que la tierra, y a esa persona le costó $0, porque el Estado se la traspasó. Existe una gran confusión entre el usufructo y la propiedad, la sociedad entera tiene derecho de empezar a mirar lo que está sucediendo con este bien que es de toda la comunidad. Modernizarse un poco, el código de agua debería regir para los nuevos derechos de aguas, no para los otorgados.

 

¿Por qué cree usted que después de cuatro años el Ejecutivo aún no ha logrado aprobar esta iniciativa?

Porque es un área muy sensible, que despierta muchas desconfianzas, y con razón, el agua es y será probablemente el elemento más vital en este siglo, hay países que están muy complicados con el agua, nada menos que China. El agua está dando señales en Chile de estar llegando al límite en algunas regiones, Atacama, Coquimbo, parte de Valparaíso como Petorca, están dando señales de ser un recurso extremadamente escaso. Entonces cuando se habla de cambiar la forma de gestionar un recurso que ya es escaso se despierta una serie de suspicacia, desconfianza, yo encuentro que es por eso que no se ha podido todavía llegar a un consenso, sin dejar de mencionar que los chilenos somos desconfiados por genética, siempre pensamos que algo que se está haciendo es para perjudicarlo a uno, no creo que ningún político en Valparaíso esté pensando en dañar a los usuarios del agua porque sería como “enterrarse un cuchillo en las tripas”, porque nosotros necesitamos producir, mineras, industrias, agricultura. Necesitamos administrar un recurso que puede entrar en crisis, y para eso debemos tener herramientas, y este código no las da.

 

¿Qué opina del usufructo por 30 años?

Se concede el usufructo por 30 años pero dice claramente que es renovable a los 30 años. Es decir, tendré otros 30 años si demuestro que he usado el agua para el bien de toda la sociedad. Estos años me parecen un plazo razonable y bastante largo para rentabilizar cualquier proyecto, tener inversión y alguna utilidad. Lo que se busca es que dentro de  ese plazo  se revise si se han mantenido las condiciones iniciales, ahí es donde tienen que estar las instancias de protección del usuario; protegiéndolo de cualquier arbitrariedad, separándolas de las cosas que son reales, si no estoy utilizando el agua en el plazo estimado que me la caduquen y eso es para el bien de toda la sociedad, probablemente habrá otro usuario que le dará un mejor uso. Si la estoy utilizando bien el Estado me tiene que dar plena garantía de que nada me pasará; en Estados Unidos es así donde se utiliza el concepto de uso beneficioso del agua, el 99% de los que ocupan el agua en la agricultura, la utilizan para producir alimento, en el fondo se quiere transformar el usufructo en propiedad Ese es el problema, si algo es de mi propiedad nadie tiene derecho a revisarlo, si el agua es un bien de uso público toda la sociedad tiene derecho a administrarla y yo soy solo un usuario temporal”.

 

Ya sabemos que está la limitación por sequías y la limitación temporal, ¿usted habría agregado otras limitaciones?

Por mal uso, una parte importante hoy día de los derechos de agua están dirigidas a generadoras eléctricas que no se usan. Si ustedes se compran un predio en Toltén sin agua donde ustedes querrán poner unos frutales y ven que el río llevará abundante agua, no podrán tocar esa agua porque esa agua tiene dueño, yo no puedo usarla ya que el dueño no la utiliza”. Si bien en el código se agregó que se tiene que pagar muy caro por el agua no usada,  para una compañía eléctrica eso es negocio, lo paga igual y eso no debiera suceder, eso es malo para la economía.

 

Aparte de los parques nacionales y reservas de lugares vírgenes, ¿qué otras áreas cree usted que deberían ser protegidas del aprovechamiento de aguas?

Toda la cordillera. Esta es la gran proveedora de agua para Chile, todos los humedales, lagos, lagunas, deberían tener normas estrictas de protección. En otros países uno no se puede acercar a un curso de agua o en el sur  los animales no pueden tomar agua de los esteros, está absolutamente prohibido. Y que las vacas defecan y toda esa materia orgánica tirarla al agua. Lo moderno es que se pongan bebederos para que los animales tomen agua. Además deberían haber normas de protección de las cuencas en la cordillera, donde hay que revegetar, impedir que se deforesten y fijar normas de protección para los usuarios del agua en las riveras de los ríos, humedales, lagos, etc. Hoy se están contaminando muchos lagos del sur porque muchas ciudades tienen planta de tratamientos de agua, pero esta no genera agua destilada, genera agua sucia igual ya que el tratamiento lo único que elimina es la materia orgánica.

 

¿Por qué cree que deberían seguir estando presentes los derechos de aprovechamiento de aguas antiguos?, ¿en qué se diferencian de los nuevos?

Deberían quedar presente los derechos antiguos ya que es un derecho adquirido, nunca es conveniente cambiar reglas, los cambios producen muchas veces más problemas que beneficios y se diferencian de los nuevos el usufructo haciéndose mucho más explícito de que uno es tenedor de un usufructo y no de una propiedad, siendo un concepto que tiene relación con la Constitución de la República. A nadie se le ocurriría transferir la propiedad del aire, finalmente eso es lo que pasa con el agua: ¿usted ve el río?, no lo toque tiene dueño, esa es la gran diferencia.

 

 

 

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