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Un juez tuitero explica por qué se está fracasando en la lucha contra la violencia de género.

Sus opiniones sobre la violencia de género, compuestas por 20 mensajes, están provocando la adhesión de muchos y una importante viralidad entre el mundo de los juristas que actúan en red.

9 de octubre de 2018

En una reciente publicación del medio español Confilegal se da a conocer el artículo "Un juez tuitero explica por qué se está fracasando en la lucha contra la violencia de género".
Se sostiene que “Judge the Zipper”, traducido juez el cremallera o juez el abrochador, es el seudónimo que utiliza uno de los jueces tuiteros más activos, sensatos y críticos con la situación de la justicia. Pocos saben cuál es su verdadera identidad. Como imagen identificativa tiene una foto de principios del siglo XX de un hombre con sombrero de copa, bigote estilo inglés y gafas redondas. Cuenta con 16.200 seguidores.
Se define a sí mismo como “Juez indignado e inconformista. 
“Judge the Zipper” ha materializado, una vez más, esa vieja frase de que “lo evidente es lo que nadie ve hasta que alguien lo explica con claridad”, en lo que a la lucha contra la violencia de género se refiere, a través de su cuenta de Twitter @JudgeTheZipper.
El texto dice que sus opiniones sobre la violencia de género, vertidas a través de “un hilo” compuesto por 20 mensajes, escritos en la tarde-noche del viernes, están provocando la adhesión de muchos y una importante viralidad entre el mundo de los juristas que actúan en red. Porque suponen un balance muy crítico, y honrado, realizado por alguien que tiene que vive muy de cerca esa realidad.
Por su interés, el medio español ha decidido reproducirlas en este artículo, eliminando, eso sí, las palabras condensadas que se utilizan en la red, para economizar espacio, por las que les corresponden, respetando, a su vez, la estructura original planteada por su autor:

“1) Quiero dejar claro que aborrezco CUALQUIER forma de violencia, y más aún la que se basa en una situación de superioridad, ya derive de las relaciones familiares ya de las relaciones sentimentales. Comparto con todos, supongo, la necesidad de luchar encarnecidamente contra la Violencia de Género.

2) También soy muy sensible a las injusticias. Pasé muchos recreos en EGB acompañando al gordito de la clase cuando el juego de ese día consistía en escupirle. O yendo con las niñas cuando lo que tocaba era fastidiarlas. Me llamaron un tiempo “el cura” por mi afán de separar peleas.

3) Fijaos, para poder hablar sobre Violencia de Género como quiero, ya he dedicado dos “tuits” a justificarme. Y es que en este tema, por desgracia, se usa mucho eso de descalificar al mensajero para “contraargumentar”: si dices eso es porque ERES “lo que sea”. Y esto es parte del problema.

EL SISTEMA FACILITA LA INSTRUMENTALIZACION DE LAS DENUNCIAS PARA OTROS FINES

4) Ahí voy: creo que estamos fracasando en la lucha contra la Violencia de Género por partida doble. Y adelanto que el motivo es haber puesto el acento en la vía judicial penal, imprescindible (por supuesto), pero A COSTA de lo que de verdad permitirá reducir a medio o largo plazo la Violencia de Género: la educación.

5) Hablaba de injusticias, y éstas las veo en la Violencia de Género. Para empezar el sistema facilita (e incluso “anima”) la instrumentalización de las denuncias para otros fines no penales, como pleitos de familia, denuncias que,  además, casi siempre conllevan detención (aunque este no es un mal exclusivo de la Violencia de Género).

6) Ello abre la puerta a abusos, los que trabajamos en esto los vemos de vez en cuando. Se justifican diciendo que son el peaje que hay que pagar para reducir la Violencia de Género. Así me lo dijo hace 8 años una fiscal de Violencia de Género: hay excesos, pero los doy por buenos si con eso se evita la muerte de una sola mujer.

7) Y eso es peligrosísimo, porque el fin, por muy bondadoso que sea, no justifica los medios. Jamás. Claro que quiero una sociedad donde no se mate a las mujeres por el hecho de serlo. Pero no a cualquier precio. Ese es el principio del fin de un Estado de Derecho.

EFECTOS SIMILARES A LOS QUE DEJA LA PESCA DE ARRASTRE

8) Con la Violencia de Género está ocurriendo como con la pesca de arrastre: se usa una red enorme que arrasa el fondo marino y captura todo lo que se le pone por delante, sea realmente Violencia de Género o no. Pero lo damos por bueno si con ello se captura también a los maltratadores, protegiendo así a las mujeres.

9) Y en este proceso de pesca (el proceso penal) se capturan maltratadores, claro. Pero también se producen daños: derechos ninguneados, individuos y familias destrozadas y la mitad de la población, la masculina, cuestionada y frustrada, polarizando la sociedad.

10) Esto debe cambiarse, mejorarse. Y es responsabilidad de todos. Jueces, fiscales, forenses, abogados, policías, políticos, medios de comunicación, sociedad en general… Antes hablaba del “sistema”, pues bien, todos somos el sistema y tenemos nuestra parte de responsabilidad.

11) Y sigo. Porque LO PEOR DE TODO es que esa red tiene agujeros por los que se escapan muchos maltratadores. Así, no obstante aumentar el número de denuncias, resulta que no disminuyen en absoluto las muertes por Violencia de Género, por referirme a la forma de maltrato más definitiva que hay.
 

LA VÍA PENAL NO PROTEGE

12) Y es que esa red, la vía penal, no protege bien porque NUNCA sirve para solucionar problemas, así de simple. Cuando los juzgados intervienen el mal ya se ha producido y “sólo” queda castigar al maltratador. Como bien dijo @gisb_sus “en los juzgados de violencia gestionamos los fracasos”.

13) Por eso las “soluciones” no son aplicar perspectiva de género, formar a jueces, aumentar competencias de juzgados o agravar penas. Las soluciones judiciales no son soluciones. Es alimentar un sistema que, conseguida la concienciación del problema, ya no da resultados positivos.

14) Claro que hay que seguir denunciando, para castigar al maltratador y, en ocasiones, para que la víctima pueda romper el círculo de violencia. Pero las denuncias no son la solución a largo plazo. La solución vendrá con la EDUCACIÓN. Educar a hombres y mujeres de que somos IGUALES.

15) Lo que significa que el hombre no es superior a la mujer. Y también que la mujer no es un ser inferior o disminuido, como a veces parece que se le trata en materia de Violencia de Género. Enseñar que si hay maltrato no hay amor. Y también pasa por asumir que hay que desterrar el machismo, claro…

16) …pero también pasa por reconocer que, detrás de una agresión, puede haber algo más que machismo, otras causas (alcoholismo, depresión, conflictividad familiar, ambiente delictivo, etc.) a las que también debemos atender si queremos REALMENTE reducir el maltrato.

EL MALTRATO NO VA A DESAPARECER

17) Reducirlo al máximo es la aspiración porque, por desgracia, el maltrato no va a desaparecer, algo que hay que asumir para no generar falsas expectativas generadoras de frustración. Tras siglos castigando y civilizándonos, ningún delito hemos eliminado aun de la conducta humana, ni uno.

18) Me dirán que estoy equivocado, que las cosas no son así. Y puede ser, pues, aun con base en mis años de juez, ésto no deja de ser lo que yo percibo, lo que yo veo, MI OPINIÓN. Otros dirán que, aunque sea verdad lo que digo, no es oportuno decirlo, porque no ayuda a la lucha contra la Violencia de Género.

19) Y eso sí que no lo comparto. Visto el fracaso actual (no disminución de maltrato, daños colaterales), creo que es muy bueno debatir sin miedo sobre la Violencia de Género, opinar sobre lo que creemos que son los defectos del sistema actual. Y ello aun a riesgo de equivocarnos. El fin merece la pena.

20) Quiero que mi hija, y también mi hijo, vivan en una una sociedad mejor. Y para ello, para cambiar lo que no funciona, para, en definitiva, luchar EFICAZMENTE contra la Violencia de Género, creo que hay que debatir, discutir y cuestionar, sin prejuicios, sin descalificaciones y sin trampas. FIN”.

 

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