Libertad de pensamiento: algo más que un neuroderecho.
Considero dos premisas erradas: primero, la libre autodeterminación de las personas no es un neuro derecho más, sino el más relevante y trascendente, madre de todos los demás; y, segundo, no se trata de una amenaza futura, parecida a las películas de ficción, sino de una realidad globalmente en curso, hace años ya, como modelo exitoso de negocios y servicios de manejo de audiencias.