La paz fracasa.
Bien sabemos que la Sociedad de Las Naciones de 1919, la primera organización mundial creada precisamente para preservar la paz, no evitó la segunda guerra; así como, la actual Naciones Unidas de 1945, habiendo corregido las falencias de la Sociedad, y alcanzado algunos éxitos, en la actualidad, se nos muestra prácticamente incapaz de poner fin a los principales conflictos bélicos que subsisten. Son muchas las que han pasado a ser guerras habituales, no llaman la atención, y la prensa internacional raramente consigna. Las más recientes, como la agresión de Rusia a Ucrania y los ataques terroristas de Hamas a Israel mantienen la atención mundial, todavía, a riesgo de que igualmente se transformen en conflagraciones permanentes, y pierdan poco a poco, urgencia y vigencia mediática.