Artículos de Opinión
¿Debe morir nuestra Constitución?
Es claro que los impulsores de cualquier proceso revolucionario tenderán a preferir, siempre, una Constitución como documento principalmente político, sometido a los deseos del poder. Pero la función de una Constitución no es inclinarse a los dictados de la mayoría, o de una minoría empoderada. La función de una Constitución es dificultar y limitar las competencias de las autoridades, y controlar el entusiasmo y las pasiones de mayorías y minorías, para evitar que se vulneren los derechos y libertades de las personas.
Prolegómenos de un proceso constituyente. Un llamado de atención a los ídolos.
«?no siempre pueden los hombres sabios y políticos experimentados, escoger la mejor república o evitar la peor. Cuando así ocurre, es preciso obedecer la tormenta, amainar las velas, arrojar el lastre, aunque se trate de cosas preciosas, a fin de salvar el navío y arribar a puerto». Jean Bodin. (Rep. VI.1)
De la democracia a la democracia a través de la democracia.
Luego de multitudinarias manifestaciones y violencia, se abre nuevamente la instancia de replantear el poder político, que ciertamente influirá en el orden económico y social, encausando a las mayorías. Para ello, hay múltiples alternativas, pero no todas correctas, pues de lo contrario podremos estar iniciando un proceso fallido.
Argentina repite.
La gestión de Macri, aunque lo intentó con las recetas tradicionales macroeconómicas, no pudo controlar la crisis para la vida corriente de la inmensa mayoría de los argentinos, acostumbrados a las facilidades de la era de ambos Kirchner, con casi todo subvencionado, que dejó el país lleno de deudas y estancado.
La supremacía de los derechos fundamentales y el Estado de Derecho.
Si bien, los estados de excepción constitucional pueden resultar coherentes con la lógica de la democracia, en aquellos casos en que se decide hacer uso de ellos, el Estado más que nunca debe tomar todos los resguardos y providencias que sean necesarios para impedir el atropello a los derechos de las personas por parte de sus agentes.