Cartas al Director

Sugiere cambio del Pabellón Nacional por el de Naciones Unidas en sede de Corte Suprema.

Mario Esquivel L.

5 de junio de 2018


Quisiera manifestar públicamente una propuesta para nuestra Excelentísima Corte Suprema de Justicia, en cuanto al uso de pabellones y emblemas nacionales en los espacios públicos ubicados en la comuna de Santiago, consistente en el cambio del pabellón nacional de Chile por el pabellón de las Naciones Unidas o en su defecto por el de Costa Rica, en atención a la sumisión que la Corte Suprema ha generado del ordenamiento jurídico chileno ante interpretaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sumisión que ha sido pertinaz y contumaz.
Así en resolución de la Corte Suprema que autorizó este miércoles el cambio de nombre y sexo registral de una persona transexual sin requerir intervención quirúrgica de ningún tipo, Vuestra Señoría Excelentísima expresó: "Aunque la categoría prohibida de "identidad de género" no esté explícitamente mencionada en los tratados internacionales ratificados por Chile, la Corte Interamericana de Derechos Humanos la ha entendido subsumida en "cualquier otra condición social" tal como como lo explicitó en el caso "Atala Riffo y otras contra Chile".
Hay que recordar que 7 millones de Chilenos aprobaron en 1989 la reforma constitucional incorporando el artículo 5to inciso segundo que incluye en nuestra legislación los Tratados Internacionales de Derechos Humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes, pero ello jamás contempló que la jurisprudencia de Cortes Internacionales creadas por dichos tratados sea obligatoria para el país más allá del caso concreto por el cual un ciudadano recurre a ellas.
Sin embargo, para la Excelentísima Corte Suprema, si un tribunal extranjero realiza interpretaciones amplísimas de tales tratados más allá de los literal de sus palabras para un caso concreto ya extinto, esa interpretación amplísima resulta "autoritativa" -entiéndase soberana- para nuestra sociedad en su conjunto hacia el futuro.
De esta manera la Corte Suprema ha cedido nuestra soberanía a la interpretación de cinco connotados juristas con base en Costa Rica, todo ello para crear derechos.
Esto permite un ahorro de gastos en dietas parlamentarias, procesos plebiscitarios, derogación tácita de normas jurídicas en el Código Civil, así como someter nuestra Constitución y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos a interpretaciones evolutivas amplísimas de la Corte de San José de Costa Rica sobre casos ya extintos, con tal de cambiarle el nombre y el sexo a una persona que no tuvo el valor de operarse quirúrgicamente acorde a lo que cree sentir sobre su sexualidad.
Por ello sugiero respetuosa, pública y formalmente a la Excelentísima Corte Suprema arriar la bandera de Chile en sus dependencias e izar en su reemplazo la de Naciones Unidas o en su defecto la de Costa Rica.

Mario Esquivel Lizondo
Abogado 

Agregue su comentario

Agregue su Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *