Cartas al Director

Comisión de Paz y entendimiento para La Araucanía.

Francisco Bartolucci Johnston

16 de noviembre de 2022


Cual mago que de su sombrero extrae una alada paloma y sorprende a la concurrencia, así el Presidente Boric, en su reciente visita a la Araucanía, anunció la creación de una Comisión de Paz y Entendimiento para “determinar con claridad la demanda de tierras de las comunidades mapuches”; habló también de “saldar esta deuda que el Estado tiene con el pueblo mapuche”; para luego aclarar que “no será posible restituir todas las tierras”.

El anuncio presidencial ha tomado por sorpresa a todos los actores e interesados en el conflicto de la Araucanía, ya que de dicho anuncio nada se sabía y tampoco se esperaba: “No sé si esto salió ahora o lo viene pensando antes. No sé si es improvisado, no sé si tienen algún trabajo; pero, la verdad, nos tomó por sorpresa” señaló el diputado Andrés Jouannet, exintendente de la Araucanía. Que se trate de una improvisación es posible, dada la falta de antecedentes que, para una cabal comprensión de la iniciativa, entregara el Presidente; lo cual, por lo demás, dificulta emitir una opinión al respecto. En todo caso, y a pesar de los términos imprecisos, e incluso confusos del anuncio, es posible adelantar algunos razonamientos.

El Presidente asigna a la Comisión la tarea de “determinar con claridad la demanda de tierras de las comunidades mapuches” debiendo entenderse, entonces, que el llamado “conflicto mapuche” queda circunscrito a la “asignación de tierras” para las nuevas comunidades que se han originado a partir de la ley Aylwin. Esto es interesante, ya que despeja aquello de un “territorio mapuche” autónomo, independiente del Estado de Chile que con sus propias leyes, autoridades y jurisdicción rompe la unidad como nación y territorial de nuestro país (como se establecía en la Constitución que rechazamos). Sin embargo, la claridad anterior se vuelve difusa cuando el propio mandatario hace referencia a la repetida, controvertida y muy dudosa “deuda del Estado de Chile con el pueblo mapuche” que es el argumento de los indigenistas y su brazo armado el terrorismo para reclamar, no asignación de tierras para comunidades que aún no la tienen, sino el famoso Wallmapu que comprende a lo menos dos regiones del país y que Chile debiera entregarles como territorio autónomo para, en palabras del mandatario, “saldar esta deuda”. Lo anterior se refuerza con declaraciones de la diputada oficialista de Revolución Democrática, Erika Ñanco, quien declaró que la medida anunciada por el Presidente viene a hacerse cargo de una “deuda” del Estado chileno con el pueblo mapuche. La confusión cunde cuando el Presidente se retruca a sí mismo y reflexiona “no será posible restituir todas las tierras”.

Desde luego, resulta imposible adelantar cuál será el destino de esta Comisión y su aporte a la solución del “conflicto mapuche”, pero si es posible entender que mientras más se apegue a la realidad del presente y se aleje de un pasado que ya es sólo eso y que únicamente puede aportarnos una dificultosa historia; circunscriba su trabajo a la realidad de las comunidades indígenas con tierras ya asignadas y las que reclaman asignación; y se aparte de las posiciones extremas de los indigenistas y terroristas que por poder y dinero exigen territorio propio, más tendrá posibilidades de contribuir al propósito de su creación: la paz y el entendimiento.

 

Francisco Bartolucci Johnston

Abogado y profesor universitario

 

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