«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre;» Con esta cita del capítulo LVIII de El Quijote, Cervantes nos entrega un claro mensaje: la libertad está por sobre toda virtud. No importa cuánto bien material tengamos, cuánto dinero produzca un país o cuántos placeres puedan seducirnos; sin libertad, no somos nada. Y por ello, dentro de la obra, el mismo Quijote dice con fuerza «Yo sé quién soy», dejando en claro que el individuo se determina a sí mismo y no lo determina la masa social.
Para defender la libertad, debemos estar atentos a esas personas poderosas, hoy en día los políticos, que llegan ante la sociedad con varitas mágicas, dispuestos a solucionar todos y cada uno de nuestros problemas, pero, a cambio, nos exigen sometimiento al Estado, este “padre” que muchas veces nos impide surgir en nuestra individualidad. En este mes del libro, y en pleno año electoral, estas palabras no hacen más que recordarnos que solo nosotros sabemos quiénes somos y que no debemos dejar jamás que el Estado pase por sobre nuestra libertad.
Tomás Ojeda Aravena
Fundación para el Progreso