Cartas al Director

Instalación de la Convención.

Javier Labrin Jofré

1 de julio de 2021


“Cada principio es el momento ideal para cuidar atentamente que los equilibrios queden establecidos de la manera más exacta” nos dice Frank Herbert al inicio de su epopeya; Dune. Lo mismo podríamos decir al mirar la instalación de la Convención, que pronto deberá quedar instituida, con dirección y reglamento, respetando las normas que la fundaron.

Por eso, ojalá nuestros Convencionales tengan presente que la construcción de la “casa de todos”, no podrá edificarse si algunos buscan imponer “los grandes temas”; que el texto de Nueva Constitución deberá respetar las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas, como los fallos con ocasión a los hechos del 18-O (atribución exclusiva del Poder Judicial); que la Convención no podrá intervenir ni ejercer ninguna otra función o atribución de otros órganos o autoridades, como revisar licitaciones o fondos públicos (función propia de la Contraloría). Ni tampoco deben pretender gobernar o legislar. Su mandato es único y exclusivo: redactar una Nueva Constitución.

Así, el proceso constituyente se nos plantea como una tarea titánica, cual epopeya. Por esta razón, resultará crucial el inicio de la Convención; que en buena medida nos presagiará el devenir de ésta. Si nuestros 155 representantes logran cuidar los equilibrios, escribiremos una hazaña de la cual hablaremos los próximos 50 años. Empero, si nuestros Constituyentes descuidan las formas y reclaman atribuciones que no detentan, veremos cómo, desde el principio, habremos desperdiciado una oportunidad histórica.

 

Javier A. Labrin Jofré

Abogado

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