Cartas al Director

La acusación que merece.

Jorge Guzmán Zepeda

21 de enero de 2023


Es lamentable que el instrumento de la acusación constitucional no sea más amplio en su aplicación, porque si se pudiese acusar y hacer responsable por todas sus conductas a ministros o políticos, seguro que algunos no lograrían ejercer nunca más públicamente.

Imaginemos por un momento, que al ministro Giorgio Jackson se le pueda sancionar por su actuar irresponsable y populista cuando fue diputado, por ejemplo, cuando votó e impulsó más de diez acusaciones constitucionales infundadas en el periodo anterior, una de estas, contra el ministro de Educación por querer volver a abrir los colegios. Hoy, el tiempo le da la razón a ese ministro y vemos las consecuencias de las acciones de Jackson: un terremoto educacional. ¿Y quiénes son los perjudicados? los estudiantes de Chile.

O cuando el entonces diputado Jackson, a cambio de un queque, mantuvo hablando más de 15 horas al diputado Naranjo, en un vergonzoso espectáculo, para llegar a votar una acusación constitucional sin sustento contra el Presidente de la República, en medio de la peor crisis política e institucional que ha vivido el país desde el retorno de la democracia.

El parlamentario Jackson promovió y aprobó reformas que le hicieron un profundo daño a Chile, como es el caso de los retiros, cuyas nefastas consecuencias vemos hoy en los más pobres. Pero no le importó, porque su sector hizo campaña aprobando estos retiros y así consiguieron llegar al gobierno, y, por supuesto, gracias a los réditos que les dejó el estallido social, cuando avalaron y justificaron la violencia que se vivió en las calles de todo el país.

También, en su periodo de diputado, Jackson votó en contra de los proyectos que buscaban entregar seguridad a Chile y protegernos de la delincuencia, como la ley Naín, robo de madera, ley Juan Barrios y varias otras. Su sector expuso al país a la peor crisis de seguridad que nos ha tocado vivir, la cual aún luchamos por superar.

Pavimentaron su camino a La Moneda sobre la base de destruir la institucionalidad, y hoy les toca hacerse cargo de sus propias acciones. Ahora piden disculpas y dicen que las acusaciones, los retiros, los cierres de los colegios y votar en contra de proyectos de seguridad fue un error. Pero sus disculpas no alivian en lo más mínimo el daño que viven a diario los chilenos, producto de la inflación, la delincuencia o el terremoto educacional. Porque, al final, las malas decisiones en política no las pagan los políticos, lamentablemente, las paga la gente y particularmente los más vulnerables de Chile.

Por eso, el instrumento de la acusación constitucional se queda corto en cuanto a responsabilidad política. El actuar desprolijo, demagógico, populista, despreocupado y poco profesional de un político, independientemente del cargo que ostente, debería generar de alguna forma una sanción, porque, si así fuera, en el caso del ex diputado y hoy ministro Jackson, y algunos otros, este no podría volver a ejercer un cargo público.

Jorge Guzmán Zepeda

Diputado por el Maule

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