Mucho se ha hablado sobre la convencional Francisca Linconao, quien de manera pública, ha exigido ser tratada como “Machi Francisca Linconao”. Alegan, los que defienden esa postura, que la convencional Linconao es una autoridad ancestral mapuche, por lo que su tratamiento debe ser de “Machi”. Lo que parecen ignorar algunos, es que Chile es un Estado laico, en que las personas no poseen títulos de ninguna especie, motivo por el que, si es que dicha Convención estuviese integrada por sacerdotes católicos, rabinos, o pastores protestantes, ninguno de ellos tendría derecho a ser tratado por su título, ya que éstos no integran ni pertenecen a la esfera de oficialidad del Estado.
Dicho esto, quizás se pueda hacer un gesto con la Machi Linconao, tratándola como tal, y pudiendo utilizar cualquiera de las acepciones que la Real Academia de la Lengua, utiliza como sinónimo. Así, la RAE define como Machi “En la cultura mapuche, curandero de oficio, especialmente cuando es mujer.”[1] , mientras que un curandero es “Persona que, sin ser médico, ejerce prácticas curativas empíricas o rituales.” [2] Quizás se pueda también se le pueda asimilar al título de doctora, expresión reconocida por nuestro Ministro de Salud, o en su defecto de chamán, que indica la RAE es “Persona a la que se supone dotada de poderes sobrenaturales para sanar a los enfermos, adivinar, invocar a los espíritus, etc.”[3] Ello en atención, a que las Machis poseen poderes sobrenaturales,[4] que los hace ciertamente acreedores de la calidad de brujos o brujas, tal como indica la definición de la RAE “Hechicero supuestamente dotado de poderes mágicos en determinadas culturas.” [5]
Así las cosas, creo como una señal de respeto, no sería equivocado tratar a la convencional Linconao como Machi Linconao, Chamán Linconao, Doctora Linconao, o Bruja Linconao.
Diego Mejías Larraín
Profesor de Derecho
[2] https://dle.rae.es/curandero
[3] https://dle.rae.es/cham%C3%A1n
[4] Las machis son intermediarias entre los mapuches y lo sobrenatural. Poseen poderes qvie les entregan sus espíritus protectores, y los emplean para combatir a los espíritus malignos y para propiciar espíritus y deidades positivas. (IMÁGENES DE DIVERSIDAD Y CONSENSO: LA COSMOVISION MAPUCHE A TRAVÉS DE TRES MACHIS Ana Mariella Bacigalupo Profesora del Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica, disponible en: http://estetica.uc.cl/images/stories/Aisthesis1/Aisthesis28/imgenes%20de%20diversidad%20y%20consenso-la%20cosmovision%20mapuche%20a%20traves%20de%20tres%20machis_ana%20mariella%20bacigalupo.pdf
Cabe recordar el Decreto Supremo Bernardo O’Higgins de 1817, en virtud del cual se abolían los títulos de nobleza, tal instrumento prescribe que «debe el individuo distinguirse solamente por su virtud y su mérito, en una República es intolerable el uso de aquellos jeroglíficos que anuncian la nobleza de los antepasados (…)».
Esfuerzos notables realizados a la unificación de un sólo pueblo, el chileno: indígenas, mestizos, blancos, todos conscientes a la construcción de un único país: Chile.
La falta de conocimiento histórico, en este sentido, nos obliga a cometer los mismos errores que el pasado. Así, el filósofo español Jorge Santayana en 1905, en su libro La vida de la razón, dijo: «aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo».
Recordar que conceptos de multiculturalidad – multinacionalidad – pluralidad no son actuales, estos, ya han visto sus resultados en el mundo, y pueblos enteros, han aprendido de sus errores. Su aplicación, inmersa en un Estado, acaba en desastres y desfragmentaciones sociales. Ilustremos el caso del Imperio Austro-Húngaro, donde convivían austriacos, húngaros, eslovacos, eslavos, judíos, croatas y otros, cada uno, con distintos derechos y deberes frente a la autoridad central. De la misma forma el reciente caso de la ex-Yugoslavia, donde convivían croatas, serbios, montenegrinos, bosnioherzegovinos, albaneses, entre otros, con resultados bélicos.
Fue el mismo Malcolm X quien dio un mensaje de unidad a la humanidad, en su famoso discurso «The ballot or the bullet», que lo primero que debemos aprender, es olvidar nuestras diferencias, y darnos cuenta todos, que somos seres humanos.