La próxima Carta Política, en el evento de salir victoriosa en el plebiscito de salida, regirá a todos los habitantes de la República. Pero ayer, a propósito de la elección de la nueva Mesa de la Convención, quedó de manifiesto como muchos y muchas convencionales constituyentes parecen atrincherarse irremediablemente en sus sectores y colores políticos, como así otros se refugian tercamente en sus idiomas nativos o sus etnias originarias.
Parece que todos olvidan que estamos viviendo una oportunidad única de redactar una nueva Constitución Política y quizás en cuantas décadas volvamos a tener semejante oportunidad. No obstante, los egos desmesurados, la falta de diálogo y los extremistas y radicales parecen empañar tan noble y trascendental proceso, por lo que al ciudadano común y corriente le cabe preguntarse sino como será el resultado de las discusiones de fondo, pues si no han sido capaces siquiera de elegir a la mesa directiva, ¿qué podríamos esperar de los escrutinios que versen por ejemplo, sobre derechos fundamentales?
Matías Eduardo Vidaurre Vilo