La muerte de Manuel Rodríguez Erdoiza el 26 de mayo de 1818, fue ordenada con antelación por Bernardo O´Higgins el 5 de junio de 1817, desde Concepción, en una carta que le escribe a José de San Martin: «Manuel Rodríguez es un bicho de mucha cuenta. Haciéndolo usted salir a luz, luego descubra sus proyectos, y si son perjudiciales se le aplicará el remedio» (muerte). En Santiago, desde la «Intrigante Casona» de calle Santo Domingo N° 627, llamada así por las muertes ordenadas, la de Manuel Rodríguez, el 21 de julio de 1817 O´Higgins le comunica a San Martin: «Amigo más amado, Manuel Rodríguez, es bicho malo y mañana se le dará el golpe de gracia» lo que sucedió después en Til Til. El 27 de mayo, al día siguiente del asesinato del
Prócer, le escribe a san Martín: «Rodríguez ha muerto en el camino de esta capital a Valparaíso, recibiendo un pistoletazo del oficial que lo conducía». Manuel Rodríguez recibió un pistoletazo por la espalda y fue rematado a sablazos y culatazos, le destrozaron el cráneo y fracturado completamente, desnudado por los esbirros de O´Higgins, para que no fuera reconocido, y arrojado a la «Quebrada del Gato» para hacerlo desaparecer completamente. Fue descubierto por un lugareño. Ese fue el desgraciado destino que le tenían al Ilustre Padre de la Patria. Jamás Chile olvidará su Celebre Frase: «¡Aún tenemos Patria Ciudadanos…»
Octavio Campusano Tapia
Fundador – Director Honorario
Instituto de Investigaciones Históricas
Gral. José Miguel Carrera Verdugo