A un día de uno de los procesos más importantes de la vuelta de los ya 30 años de la democracia, volvemos a vivir polarización en nuestras calles y ciudades, enfrascadas en dos opciones que prometen estabilidad y fracaso al mismo tiempo.
Esperemos que los resultados al día siguiente del plebiscito no sean refregados ante la opción perdedora, porque el daño que generaremos será irreconciliable y creciente en la división de las posturas políticas en el escenario mundial de la polarización entre izquierda y derecha.
Esperemos que quienes se han enfrentado los últimos meses puedan trabajar y debatir con altura de mira, porque lo que está en juego es la estabilidad de nuestro país y el futuro de los próximos 5, 10 y 30 años.
Eduardo Andrés Zuchel Muñoz