Cartas al Director

Próxima COP 27 y el desafío que enfrenta la ciudad al cambio climático.

Constanza Ventura Soto

1 de noviembre de 2022


En la albura del siglo XXI se ha caído en cuenta que sin la protección y conservación de la naturaleza no hay progreso sostenible, sino retroceso. La deforestación y la expansión de los terrenos agrícolas, el desarrollo urbano incontrolado, la producción industrial y el uso masivo de combustibles fósiles como fuente primaria de energía, han inducido un cambio climático global de consecuencias imprevisibles, por cual es de vital importancia que los espacios naturales y áreas urbanas tengan instrumentos que contribuyan a mantener el valor de la naturaleza y mejoren las infraestructuras de soporte de la biodiversidad.

En esta COP 27, que dará inicio el próximo domingo 06 de noviembre, los proyectos a discutir se dividen en seis categorías: agricultura y suelo, energía y transporte, mercados de créditos de carbono, transformaciones digitales, economía azul y agua y ciudades. En esta última categoría los edificios juegan un papel dominante en la transición a la energía limpia. El último estudio realizado por La Alianza Global para los Edificios y la Construcción (GlobalABC) publicado en el año 2018 revela que la construcción de edificios y su operación representan 36% del consumo final de energía global y cerca del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, emisiones que van en alza, alcanzando su máximo consumo de energía en el año 2021, tras las medidas tomadas en la recuperación de la economía post covid-19, según publicó la IEA.

Es alarmante la realidad que se vive en las ciudades de Chile y todo el mundo con la explotación de la naturaleza y el agotamiento de los recursos del planeta. Se vuelve elemental cambiar la manera de construir ciudad, pues toda estructura o edificación que pretenda ser ecológica debe estar basada en principios de economía material y ahorro energético, siendo la naturaleza en todos sus ciclos de vida y funcionamiento el más perfecto modelo de sostenibilidad, equilibrio, adaptación, reciclaje y auto regeneración.

Con ello implementar conceptos como la naturación urbana o biomímesis serian una respuesta para reducir estas grandes emisiones de CO2 que sólo la industria de la construcción emite. Sería ideal que con la recientemente aprobada ley marco de cambio climático se pudieran implementar estrategias como estas o similares para avanzar firmemente en el camino hacia la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero al año 2050.

 

Constanza Ventura Soto

Arquitecta de la Universidad de Valparaíso

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