Cartas al Director

Refundación de Carabineros.

Adolfo Paúl L.

24 de febrero de 2021


En relación con la carta de Cristian Manríquez Gacitúa publicada el 23 de febrero bajo el título “¿No deliberantes?”, en la que se refiere a “una urgente y necesaria refundación o reorganización” de Carabineros de Chile y a la necesidad de someter a este cuerpo militarizado al “poder civil”, y en la que pregunta: “¿Son Carabineros una entidad no deliberante?”, cabría hacer algunos comentarios.

En cuanto al concepto de deliberación —y a que, según el autor, es inaceptable que el General Director de Carabineros haya manifestado su disconformidad con lo manifestado por una ministro de Estado en el sentido de que “sería vital tratar de tener una reformulación, una suerte de refundación de Carabineros”— cabría señalar que nuestra Carta Fundamental señala claramente que las FF.AA. y Carabineros “como cuerpos armados” son no deliberantes; y lo son solo en aspectos que dicen relación con la política contingente, con la política de los partidos. Con ello se trata de dotarlas de independencia frente al poder político.

Según Alejandro Silva Bascuñán el que estas fuerzas, como cuerpos armados, sean no deliberantes, quiere decir “que ninguno de los institutos armados, ni los diversos cuerpos que lo forman, ni sus miembros individualmente invocando o reunidos en su calidad de tales, dentro de sus respectivos grados, o con participación de componentes de grados diversos, pueden debatir acerca de los problemas colectivos con miras a uniformar apreciaciones o coordinar actitudes que conduzcan a expresar aplauso o crítica a los órganos del poder político o a hacer prevalecer soluciones propias en cualquier aspecto”.

Evidentemente, no constituye deliberación el hecho de que el General Director de Carabineros haya expresado su opinión ante su autoridad superior sobre un tema que guarda relación directa con su función específica y con la institución bajo su mando.

Sobre la subordinación de Carabineros al “poder civil”, me parece que ello nunca ha estado en duda. Por lo demás, no existe un “poder civil”; lo que existe es el “poder político”, que puede estar en manos de un civil o de un militar.

Sobre el tema en comento, cabría señalar que se han alzado voces diciendo que es necesario refundar Carabineros, a fin de tener una policía “democrática” y terminar con su “militarización”.

Al respecto cabría preguntar qué es lo que se entiende por una “policía democrática”: ¿que no son jerarquizadas?, ¿que sus miembros elijen a sus autoridades mediante sufragio?, ¿que existe alternancia en el poder?, ¿que existen sindicatos? Al respecto cabría señalar lo que dice un cartel existente en la Escuela Naval de Annapolis: “La Armada está para defender la democracia de los Estados Unidos, pero la Armada no es democrática”.

Los militantes del Partido Comunista y del Frente Amplio consideran que la violencia revolucionaria es inevitable y legítima y saben que solo destruyendo el aparato burocrático y militar del Estado burgués puede consolidarse la revolución socialista.

Por ello buscan la destrucción de Carabineros de Chile, pretensión que manifestaron explícitamente en un gran lienzo portado por representantes de esos partidos que llegaron hasta La Moneda el 18 de febrero y que decía: “Dejen de matar, disolución de Carabineros ahora”.

La destrucción de Carabineros como una institución centralizada, jerarquizada y militarizada que tiene presencia en todo el territorio nacional y su disociación de las FF.AA. es esencial para lograr el éxito de la revolución, pues ambas instituciones, actuando conjuntamente, constituyen el último bastión en la defensa del orden institucional de la República.

 

Adolfo Paúl Latorre

Abogado

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