Quisiera llamar la atención sobre el impacto que tienen las palabras y exigencias de los padres en los estudiantes.
Muchas veces, en su afán de verlos triunfar, los padres crean una presión excesiva que genera ansiedad, miedo al fracaso y baja autoestima en sus hijos. Una compañera de nuestro curso, por ejemplo, llora cada vez que no saca un 7.0, por miedo a decepcionar a sus padres.
Los niños necesitan sentirse apoyados, no presionados. El aprendizaje debe ser un camino con errores, no una carrera perfecta
Es fundamental que se fomente una comunicación más empática, donde se valore el esfuerzo y se acompañe el proceso de aprendizaje con comprensión de cada uno de los estudiantes.
Joaquina Pizarro
3° Medio HCB