A pesar de que el acusado no se haya apropiado del celular por la resistencia de la víctima, se lo debe condenar como autor del delito de robo por sorpresa en grado de frustrado.
El condenado realizó todas las acciones necesarias para apropiarse del teléfono celular que la víctima portaba, acometiéndolo de manera sorpresiva. El objetivo no se cumplió debido a una circunstancia ajena a la voluntad del agresor.