Entrevista

Giovanna Roa Cadin, candidata Constituyente de la lista Apruebo Dignidad (Distrito 10)
Democracia feminista y mirada de género.

Giovanna Roa Cadin, candidata Constituyente de la lista Apruebo Dignidad (Distrito 10): “No basta decir que todos y todas tenemos los mismos derechos cuando estos están pensados y escritos por y para hombres”.

La candidata, militante de Revolución Democrática, asegura que la paridad sustantiva no es sólo un tema de mujeres y hombres, sino que es una nueva forma de ver el ejercicio democrático, y se compromete con lograr que la opinión de cada ciudadano pese al momento de tomar decisiones en la Convención, de modo que efectivamente sean parte de la discusión.

17 de abril de 2021

Por Andrés Chamorro Montenegro para Diario Constitucional (*)

 

Giovanna Roa Cadin (34) en 2010 fue vicepresidenta de la Federación de estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), participó activamente del movimiento estudiantil y fue coordinadora general de la campaña presidencial de Beatriz Sánchez en 2017. Co-directora de la plataforma latinoamericana Ruidosa, destacó por su impulso a la campaña Que Chile Decida y su participación en la tramitación de Paridad en la Convención Constitucional en el Congreso.

 

1.  ¿Cuáles es una de sus principales visiones con respecto al Proceso Constituyente?

El Proceso Constituyente es el resultado, el punto cúlmine, de años de movilizaciones sociales exigiendo derechos. Esas movilizaciones fueron ignoradas reiteradas veces por las instituciones políticas, y se fue incubando un malestar, que resultó en las movilizaciones de octubre del 2019. Esta es una oportunidad no sólo para cumplir con aquellas demandas de los movimientos sociales, sino también sentar las bases de nuevas instituciones que no vuelvan a aparentar que no escuchan a las exigencias de la calle. Esta oportunidad no puede ser desperdiciada.

Lo que logramos las mujeres en la paridad es una muestra de lo que podría resultar de este proceso. Creo que inaugurará la forma en la que haremos política en el Chile que viene. Empezará esta nueva política con la primera Convención Constitucional paritaria en el mundo. Esto no sólo tiene consecuencias para las mujeres, sino que es una nueva forma de pensar la democracia y habla de la necesidad de implementar acciones afirmativas para que grupos que son y han sido marginados de la toma de decisiones estén representados en igualdad de condiciones. La paridad sustantiva no es sólo un tema de mujeres y hombres, sino que es una nueva forma de ver el ejercicio democrático. Por eso, todos los mecanismos participativos que implementaremos en la Convención son relevantes: nos anticipan la política del Chile que viene.

Este proceso inaugurará la política que viene y, en ese sentido, nos permitirá diseñar el futuro. Lo importante es que lo diseñemos juntos y juntas.

 

2. ¿Qué tan efectivo es que la redacción de una nueva Constitución será “desde cero”?

Esta es una buena pregunta. Yo diría que en el sentido importante será de cero. Con esto me refiero a que no habrá ningún artículo de la Constitución del 80 que tenga que ser eliminado o modificado. Estos simplemente ya no están y no atan de ninguna manera a la Convención. Ahora, yo diría que esta constitución no se escribe “desde cero” cuando miramos el proceso político que nos trajo hasta aquí. El 2006, el 2011, no + AFP, Modatima, el movimiento por la vivienda, el 2019, todos los 8 de marzo desde que existe el 8 de marzo, son miles de anhelos y deseos que creo yo, estarán presentes en todo el proceso. Sería un tremendo error que las y los constituyentes pasen esto por alto.

 

3. Adicionalmente a las demandas históricas y que sin duda son centrales para la sociedad, como pensiones, salud, educación, vivienda (derechos sociales), ¿qué otros elementos y temas deberían ser considerados en la elaboración de una Constitución moderna?

Creo que tenemos que mirar al futuro. Esta no es una constitución solo para hoy y solo para responder las demandas que llevan acumulándose por años. También es una constitución para mañana, para adelantarnos a los desafíos del futuro. Ahí creo que es fundamental incluir una perspectiva digital en nuestros derechos, así como poner las bases para una economía distinta. Sobre lo primero, creo que el acceso al espacio digital debe tener el mismo nivel y la misma protección que el derecho a transitar libremente. Sin Internet, hoy, es muy difícil acceder al mundo y al ejercicio de nuestros derechos tal como lo sería sin poder salir a la calle. Sobre lo segundo, creo que es hora de pensar en las sinergias de la economía y el medio ambiente en vez de seguir pensando en su contraposición. La nueva constitución debe habilitar un modelo de desarrollo que haga eco de esta idea, para, por ejemplo, aprovechar el norte para generar energía solar y el sur para el hidrógeno verde, así como el litio y el cobre en baterías.

 

 4. ¿Cómo se puede asegurar que la ciudadanía se mantenga conectada con el proceso constituyente y de qué manera concibes el rol de la sociedad en este proceso?

Esto será central en la discusión del reglamento. Tenemos que diseñar un proceso que permita la participación de modo tal que cada ciudadano y ciudadana sea un constituyente. Es, por una parte, un problema de cómo traer a la gente a la convención, el que creo que tiene que resolverse ojalá con publicidad total de todas las comisiones y sesiones, y aprovechar los avances de la tecnología para facilitar la transparencia de estas sesiones, realizando transmisiones de las mismas en redes sociales, lives, Youtube, televisión, etc.

Pero también es un problema de cómo llevar la Convención a la gente. Yo me imagino una asamblea itinerante que discuta los asuntos relevantes para las comunidades en los lugares que estos ocurren. No creo que tenga mucho sentido discutir de sequía sin pasar por Petorca o discutir de zonas de sacrificio sin pasar por Quintero-Puchuncaví. Uno de los grandes temas que debemos discutir es la distribución de poder entre el centro y las regiones, y ¿cómo tener esa discusión seriamente si la Convención sólo ocurre en Santiago?

Por último, mi compromiso es que, en la discusión sobre el reglamento, buscaré que todo ciudadano y ciudadana sea constituyente, en el sentido de que su opinión pese al momento de tomar decisiones y que sea parte de esa discusión. Para eso, debemos buscar mecanismos por fuera de los mecanismos típicos del Congreso, que por su insuficiencia nos tienen en esta crisis política, en cuanto a la participación ciudadana en la Convención. Algunos de estos son plebiscitos intermedios sobre materias relevantes y un símil a la Iniciativa Popular de Ley, donde los ciudadanos, juntando firmas, puedan levantar temas a discutir en la Convención.

 

5. Finalmente se logró un acuerdo que asegura la reserva de escaños para representantes de los pueblos originarios para el proceso constituyente. ¿Considera que fue un gran logro? ¿O resulta insuficiente para que la participación de los pueblos originarios sea realmente representativa?

Fue, sin lugar a dudas, un tremendo logro, porque es un primer paso en saldar la deuda histórica con los pueblos originarios. Esta Convención inaugura la política que vendrá y, en ese sentido, es un importante precedente el hecho de que esta cuente con la representación de la voz de los pueblos originarios asegurada. Sin embargo, lo que no asegura es el resultado que tendrá la Convención en el reconocimiento de todas las naciones de Chile. Ahí necesitamos un pacto grande y transversal.

 

6. ¿Cuáles son las principales reivindicaciones feministas que debieran verse reflejadas en la nueva Constitución?

Yo diría que dos: una democracia feminista y una mirada de género en los derechos fundamentales. Primero, que en cada espacio democrático, en cada órgano colegiado que tome decisiones sobre nuestras vidas o haga recomendaciones de políticas públicas, debe haber una representación paritaria. Esto habla tanto del Congreso, el Ejecutivo, el Poder Judicial y de otros órganos como el SERVEL o el Consejo Fiscal.

Por otro lado, creo que no basta decir que todos y todas tenemos los mismos derechos cuando estos están pensados y escritos por y para hombres. ¿Por qué lo digo? Porque sí hay derecho al trabajo, pero no derecho a igual paga por igual pega, entonces eso favorece a quienes ya ganan más solo por su sexo. Lo mismo en el caso de la salud sexual y reproductiva, la educación no sexista o el reconocimiento del trabajo no remunerado. Esta perspectiva no puede faltar en la nueva constitución.

 

7. La organización del cuidado se ha propuesto como uno de los factores claves necesarios para modificar la estructura del sistema patriarcal. ¿Es el Estado quien debe garantizar la responsabilidad del cuidado? ¿Es este un tema fundamental en la redacción de la nueva Carta Magna?

Me parece que hablar del Estado de modo tan abstracto es muy poco útil. El Estado es un instrumento, y es el instrumento de la sociedad, del pueblo. Para reformular la pregunta: ¿creo que los cuidados deben ser socializados y su responsabilidad compartida por todos y todas quienes vivimos en esta comunidad? Mi respuesta es que sí, que para que el trabajo no lo realicen solo mujeres y que siempre sea reconocido económicamente, sí, debemos socializar las labores de cuidado. ¿Significa esto que el estado debe estar a cargo del sistema nacional de cuidados? No necesariamente, pero yo tiendo a pensar que sí. En Chile las instituciones privadas que entregan derechos han sido campo de cultivo para el abuso.

 

(*) Facultad Humanidades – Escuela de Periodismo / Universidad Mayor.

 

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  1. La gente, incluso muchas mujeres, ya saben que este «pensamiento» no refleja en nada la realidad de la gente; la gente ya está cansada de escuchar a estos «loros» repetir una y otra vez ataques en contra del otro género para «ganar votos». Es una estrategia baja en la escala evolutiva del ser humano echar argumentos como éstos para tener beneficios políticos y por tanto, económicos, no solo para ella sino también para todo su «grupo».
    Tengo mi pareja que gana 1.3 veces más que yo, a pesar que trabajamos en lo mismo, pero ello «no ocurre» para estos pseudo políticos, básicamente intelectuales, o si ocurre hacen vista gorda por ello no «sirve» para sus intereses personales, económicos y ambiciosos, y que esconden bajo «el bien común» , o la «igualdad de género», concepto manoseado y ultrajado por personas como usted.

  2. Debiera mirar la experiencia en Reino Unido: el movimiento feminista esta siendo abandonado a miles por lo absurdo y sesgado de las propuestas de estos grupos. No obstante siendo hombre, estoy casado con una mujer, independiente, inteligente y profesional que tiene un sueldo mayor al mío, y jamás la he escuchado decir cosas como la que plantea esta candidata. Meros slogan para fines políticos partidarios. Que pena.