Entrevista

Jaime Flores Sierralta, candidato Distrito 10, lista Vamos por Chile.
Presidencialismo, regionalismo, representatividad, cabildos, feminismo, pro vida, seguridad, medio ambiente, transparencia.

Jaime Flores Sierralta, candidato Distrito 10, lista Vamos por Chile: “El principal desafío es volver a un país donde los chilenos vivamos en paz”.

El abogado manifiesta creer en la igualdad entre hombres y mujeres, pero también creer, firmemente, en el Derecho a la vida del que está por nacer.

13 de abril de 2021

Por Verónica Rodríguez Rowe para Diario Constitucional.

Con el mismo ímpetu que tenía cuando era vicepresidente del Centro de Alumnos de Derecho UC o cuando se presentó como candidato a la FEUC representando al Movimiento Gremial, Jaime Flores Sierralta (abogado, 28 años) defiende hoy sus ideas.

Es joven, cierto. Pero su juventud no sólo es sinónimo de vitalidad y entereza. Su juventud es de aquellas que aboga por la transparencia, el bienestar común y el respeto a la dignidad de las personas. Es un convencido de que el foco de este proceso constituyente debe estar, precisamente, en las personas… en las urgencias sociales, en acabar con las injusticias y la marginación social.

En conversación con el Diario Constitucional, el candidato constituyente por el Distrito 10  y, también, profesor de la cátedra Derecho Constitucional en la Universidad del Desarrollo, entrega su visión de lo que espera para Chile y lo que sostiene es importante contemple la nueva Carta Magna.

 

1. ¿Cuál es visión respecto al proceso Constituyente?

Estamos frente a uno de los procesos democráticos más relevantes de nuestra historia. La elección de los convencionales constituyentes encierra un desafío, no menor, para nuestra democracia e institucionalidad.

En momentos como éste, existe una fuerte amenaza de retroceder en lo que nuestro país y los chilenos hemos construido con años de esfuerzo. No cabe duda, que Chile es una nación con mejores condiciones de vida que hace 30 años. Sin embargo, también es innegable que, día a día, se viven múltiples injusticias de las que hay que hacerse cargo… Debemos mirar este proceso como una oportunidad de cambiar lo que está mal y mejorar lo que funciona bien.

Estoy convencido, además, que como generación sub 30 tenemos la responsabilidad de involucrarnos en la definición del Chile de futuro. Si ésta va a ser la Constitución de los próximos 40 años, los primeros llamados a participar de dicho proceso son los jóvenes.

El principal desafío es volver a un país donde los chilenos vivamos en paz. Donde no se arriesguen a diario las fuentes de trabajo por los violentistas que las destruyen… Un Chile seguro, donde no hayan barrios entregados al narcotráfico, que no existan niños que se acostumbren a dormir al son de las balas. Si no conseguimos esto, no vale la pena.

 

2. ¿Qué tan cierto es que la redacción de una nueva Constitución será “de cero”?

Es de esperar que no sea cierto. Chile es un país con una tradición constitucional de más de 200 años. En ese sentido, es muy importante tener la claridad que, en procesos como estos, no se pueden obviar la historia y las experiencias pasadas.

De la tradición constitucional chilena se desprenden varios aspectos, por ejemplo, la idoneidad del presidencialismo como mejor forma de gobierno para Chile; la necesidad de mecanismos de garantía a derechos como el recurso de protección y, asimismo, una consagración responsable de dichos derechos, que permita al Estado garantizarlos y no queden tan solo en el papel.

Por otra parte, es innegable que Chile es un mejor país que hace 30 años.  Partiendo de esto, no resulta concebible hablar de una Constitución “desde 0”. Es muy importante que mejoremos en muchos aspectos, pero ser responsables de mantener y modernizar aquellos en los cuales nuestra Carta Magna ha demostrado ser una buena Constitución para Chile y los chilenos.

 

3. ¿Cómo se puede asegurar que la ciudadanía se mantenga conectada con el proceso constituyente?

Esta es una pregunta que atañe directamente al rol de los convencionales constituyentes y es, en definitiva, la justificación que uno puede encontrar para que el mecanismo de elección de estos sea distrital.  Es que, precisamente, nosotros podemos llevar a la Convención las sensaciones, necesidades y diagnósticos de la ciudadanía… La representación de los convencionales no puede quedarse en una mera representación partidista. Lo anterior, es especialmente relevante para las regiones. El regionalismo implica un tremendo desafío para este proceso.

Chile tiene una fisonomía que exige mayor autonomía para las regiones. Que tengan mayor libertad presupuestaria; dotar de facultades reales a los gobernadores regionales y potenciar el rol de los municipios. Quienes viven ahí conocen, efectivamente, las necesidades de las regiones y de sus comunidades.

Este proceso puede ser una oportunidad para revalorizar la democracia sin duda, pero para ello se debe responder con una actitud transversal, que ponga siempre a la democracia primero. Para solucionar el problema de representatividad, es necesario que ataquemos aquellas grietas que dañan y ponen en riesgo nuestra institucionalidad, tales como la violencia, el chantaje y las presiones indebidas que pueden poner en riesgo la legitimidad del proceso y con ello, la misma definición del Chile del futuro.

 

4. Entonces… ¿De qué manera concibe usted el rol de la sociedad en este proceso?

Un proceso como este requiere variados y múltiples canales de participación e información. El que la ciudadanía se haga partícipe de este proceso implica, también, una responsabilidad de querer fomentar esa participación de manera informada. Los diversos cabildos y cursos constitucionales que se dieron, de manera previa al plebiscito, deben seguir existiendo. Estos cabildos como instancias de participación, deben ser canales por medio de  los cuales los convencionales reciben insumos y rindan cuentas. Una de las cualidades básicas de la democracia debe ser la conexión representante-elector de manera continua.

Por eso es de suma importancia que las elecciones puedan llevarse a cabo en un momento que asegure la mayor participación democrática posible. No estamos hablando de una elección cualquiera, sino de la posibilidad de escoger a quienes diseñarán el Chile del futuro. En ese sentido, cualquier puesta en jaque a la legitimidad del proceso debe ser evitada.

 

5. Usted se ha definido como un feminista pro vida. ¿Podría explicar esto que, aparentemente puede parecer contradictorio?

Efectivamente, en algún momento afirmé que no tenía problemas con el feminismo, siempre y cuando no se hicieran distinciones entre tipos de mujeres: aquellas que tienen derecho a nacer y a aquellas que no lo tienen. Creo en una Constitución para todos… Una que reconozca la misma dignidad para cada una de las personas y que no haga diferenciaciones arbitrarias.

Así como creo en la igualdad entre hombres y mujeres, y que es intolerable cualquier tipo de violencia, también creo firmemente en el Derecho a la vida del que está por nacer.

 

6. Otro tema que le preocupa es la seguridad. ¿Qué propone y por qué?

Vivimos tiempos donde la vulnerabilidad del orden público se ha transformado en algo cotidiano. Las constantes manifestaciones desde octubre de 2019 que, habitualmente, terminan con hechos de violencia, ponen de manifiesto la necesidad de modernizar y entregar nuevas herramientas a las instituciones encargadas de velar por el resguardo de la seguridad en nuestras ciudades.

Los chilenos tenemos derecho a vivir en paz… a vivir en un país seguro, donde no se ponga en riesgo su integridad física y psíquica. A no temer por la destrucción de sus fuentes de trabajo o sustento, a no verse entregados a la falta de insumos básicos consecuencia de incendios y saqueos de los lugares de abastecimiento.

En ese sentido, creo que es positivo avanzar en una propuesta -como la levantada por el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín- de modernizar las policías, retirando la función de resguardo del Orden Público de la institución de Carabineros. Crear, entonces, un organismo  especializado en  dicha función. Una policía dedicada de manera exclusiva a esa materia, donde sus funcionarios cuenten con una formación idónea desde el comienzo de la carrera… Que se los especialice en el control de situaciones de vulneración del Orden Público.

 

7. Usted es joven, desde esa condición y, adicionalmente a lo expresado y a las demandas históricas que, sin duda, son centrales para la sociedad -pensiones, salud, educación, vivienda, etc.- ¿qué otros temas deberían ser considerados en la elaboración de una constitución moderna?

En primer lugar, agregar a las bases de la Institucionalidad, un principio de Desarrollo Sostenible que contemple un medio ambiente sano y libre de contaminación. En ese sentido, es relevante que, en este proceso, instauremos un espíritu de solidaridad intergeneracional, entendiendo que el progreso económico y la conservación ambiental no son conceptos excluyentes, sino que deben ir de la mano, pensando en el país que le queremos dejar a nuestros hijos y nietos.

Además, consideró muy importante, en pos de fortalecer nuestras instituciones, dotar de mayor importancia constitucional al principio de probidad y transparencia que ya está consagrado en nuestra Carta Fundamental. Existe una demanda cuidada y transversal de hacerle frente a la corrupción, y de avanzar en transparencia. Para ello es necesario garantizar  el derecho al acceso a la información y elevar a rango constitucional el Consejo para la Transparencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agregue su comentario

Agregue su Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *