Entrevista

Luis Alejandro Silva, abogado y candidato independiente por el distrito 13. Lista Vamos por Chile.
Constitución corta, derechos fundamentales.

Luis Alejandro Silva, candidato independiente a la Convención Constitucional por el distrito 13, lista Chile Vamos: “Una Constitución corta es una Constitución que necesita reforma en el tiempo porque deja mucho más espacio al legislador para ir adoptando las respuestas que necesita la sociedad en la medida que pasan los años”.

Señaló, también, que esta nueva Constitución debe de ser respetuosa con las futuras generación, permitiendo dar sus propias reglas a medida que cambian las necesidades.

24 de abril de 2021

Por Isabella L. Astudillo para Diario Constitucional

Luis Alejandro Silva Irarrázaval, es un abogado con magíster y doctorado en derecho. Fue Académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes donde se desempeñó como director de estudios y secretario general de la Universidad. Además, desde abril de 2018, hasta enero de 2021, fue Vicerrector de Investigación y Postgrado. Ha realizados proyectos de investigación sobre la Constitución, la supremacía institucional y el análisis de la judicialización en Chile desde una perspectiva constitucional.

 

1. ¿Qué tan cierto es que la redacción de una nueva constitución será desde cero?

Yo diría que es cierto en lo formal. Con la excepción que representa la misma reforma constitucional que dio inicio a este proceso y que señala la existencia de cuatro puntos que la nueva constitución no puede desconocer, que son: El respeto a los tratados internacionales vigentes, la forma de república democrática, la independencia del poder judicial y los fallos que gozan aquellos judiciales que están ejecutoriados. Por lo tanto, hay una hoja en blanco que ya tiene, por lo menos, cuatro pies forzados o cuatro limitaciones puestas en la misma reforma constitucional que le dio inicio al proceso, y eso en lo formal, es decir, fuera de esas cuatro restricciones, formalmente, no hay ninguna otra, en ese sentido hay una hoja en blanco. Ahora, desde el punto de vista material no hay una hoja en blanco porque esta constitución se va a escribir en el marco de una tradición constitucional. Chile tiene una tradición constitucional que se remonta a décadas, siglos yo diría, antes que el nacimiento de la patria, incluso si solamente tomamos el periodo que nace en 1812 con el primer reglamento constitucional de Carrera hasta la constitución actual hay un patrón, hay una matriz constitucional chilena, por supuesto, no es del todo diferente a la matriz constitucional de ningún país occidental y que no se puede ignorar, y no se va a ignorar. La constitución del 1973 tomo muchas cosas de los ensayos constitucionales previos, la constitución del 1925 tomo muchas cosas de la constitución del 1833, y estoy seguro que la nueva constitución va a tomar muchas cosas de la constitución de 1980.

 

2. ¿Cuál es una de las principales visiones con respecto al proceso constituyente?

En el fondo yo señalaría del proceso constituyente dos notas. La primera y más peculiar es el carácter democrático que va a tener el proceso, con esto quiero decir que quienes la van a escribir han sido elegidos popularmente, con un sistema electoral que es el mismo con el que se eligen los diputados, con un número de constituyentes que es igual en la cámara de diputados, en fin. No es un proceso pacífico, podríamos llamarlo y plenamente democrático en el sentido procedimental, lo cual es una curiosidad en el mundo hasta hoy, no es el único caso, pero son pocos los casos que pueden señalarse en que la constitución se ha escrito por un grupo de personas elegidas democráticamente. La otra nota que yo señalaría y que hace que este proceso comparta con todos los demás procesos, prácticamente, es la crisis que le precede y cuando hablo de la crisis estoy pensando en lo que gatillo el 18 de octubre del 2019 y que nos acompañó por muchísimos meses y quizás siga acompañándonos por muchos meses más.

Chile sufrió una crisis, una crisis de orden público, una crisis institucional porque obviamente que se reconfiguró la relación entre el Ejecutivo y el Congreso. Y, esta crisis es la que gatilla el proceso constitucional, esa crisis es la que enmarca el proceso constitucional y en ese sentido el proceso que está enfrentando Chile no se distingue del origen de las demás constituciones ni en Chile, ni en el mundo que generalmente nacen de una crisis, los países no se proponen a hacer constituciones cuando todo está bien, y normalmente las cosas cuando están mal tienen una cuota de violencia importante.

 

3. Durante su campaña constituyente habla de una Constitución corta, ¿de qué se trata?

La Constitución corta, obviamente que, es una categoría relativa porque una constitución corta solo se entiende en relación a un texto más largo, pero, básicamente, por lo que yo abogo es una constitución que se restrinja a lo esencial, es decir, que tenga las reglas estructurantes del ejercicio del poder político, división del poder, proceso legislativo, elección de las autoridades, etcétera y que contenga el catalogo de los derechos esenciales, todo en formula lo más científica posible.

En primer lugar, una Constitución corta es una Constitución que necesita reforma en el tiempo porque deja mucho más espacio al legislador para ir adoptando las respuestas que necesita la sociedad en la medida que pasan los años, por lo tanto, necesita menos reformas y eso es lo que yo quiero decir cuando hablo de una constitución sustentable, es una constitución que consume menos energía a la democracia. Después, una Constitución corta es una Constitución más integradora de los distintos proyectos de sociedad que conviven y compiten en el tiempo porque cuando uno tiene una constitución corta puede imaginarse el diseño de un piso de apartamento, una Constitución corta es una Constitución que tiene pocos muros levantados en el piso y por la tanto hay una planta libre que puede ser usada para distintos fines, en cambio, una Constitución larga, una Constitución que tiene largas definiciones es una Constitución que limita mucho el espacio y, por lo tanto, puede convivir menos proyectos o la convivencia de estos proyectos es más estresante, y, lo último, una Constitución corta es más respetuosa con los derechos de las futuras generaciones para dar sus propias reglas, uno de los grandes riesgos o amenazas que creo que enfrentamos en este proceso es que nos demos una Constitución a la medida de nuestras necesidades, sin olvidar que la Constitución es un instrumento, que sobre todo, va a enmarcar la actuación de las generaciones futuras.

 

4. En un debate de constituyentes el pasado 09 de abril en TVN, aseguró que “en Chile no hace falta el agua”, aunque es un recurso con el que no cuentan todas las regiones. ¿Es el agua un derecho fundamental? Y si es así ¿Cómo se puede resolver esta desigualdad?

Yo partiría diciendo que Chile sufre las consecuencias de una crisis hídrica mundial, y, por lo tanto, enfrenta el desafío de tener que satisfacer las múltiples necesidades que un país como Chile que se extiende desde el desierto hasta la Antártica tiene respecto del agua, porque tiene la minería, porque tiene agroindustria, bosques y, obviamente, el consumo humano. Ahora, cualquier solución que se adopte para el mejor uso del agua tiene que considerar como una prioridad el consumo humano y de economías domésticas, es decir, huerto o los usos de sobrevivencia doméstica, y por eso cualquier esquema jurídico o económico que este propiciando una sobre utilización del agua en perjuicio de este consumo humano o de las economías domesticas debe ser corregido.

Ahora, habiendo dicho esto también es importante que consideremos que la crisis hídrica mundial debería de golpear a Chile de una manera menos fuerte que la mayoría de los países del mundo, porque no son muchos los países en el mundo que pueden, como Chile, acceder de manera soberana a lo largo de 4000 kilómetros a la fuente de agua más grande que tiene el planeta que es el océano, ahí hay una promesa de agua para Chile. Definitivamente, el agua puede ser considerada como un derecho humano entendiéndola como el acceso al consumo de agua potable para el individuo, la familia y la economía doméstica, desde ese punto de vista me parecería bien que la constitución se consagre un derecho de acceso al agua potable para su consumo familiar.

 

 5. ¿Cómo se puede asegurar que la ciudadanía se mantenga conectada con el proceso constituyente y de qué manera coincide usted el rol de la sociedad en este proceso?

Lo primero que pienso es el rol que van a jugar los medios de comunicación, obviamente, ellos tienen una responsabilidad muy grande en cubrir el desarrollo de este proceso e informar equilibradamente. Después, claramente, la sociedad civil tiene una responsabilidad muy grande y una oportunidad muy grandes a través de distintas organizaciones e incluso de forma individual para ir, por una parte, persiguiendo el desarrollo del proceso y, por otra, proveyendo de insumos para la discusión, una discusión que va a tener lugar en la convención y fuera de ella. Y, respecto del proceso, una breve palabra que ha sido un asunto más o menos controvertido que es el de los espacios reservados de liberación o de relativa discreción que tiene que existir, yo creo que hay que asumirlos explícitamente en el proceso de redacción, es decir, reconocer que hay ciertas instancias en donde los constituyentes van a poder deliberar sin estar esa deliberación expuesta a la cobertura de los medios.

 

 

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