Entrevista

Percepción de inseguridad.

Paula Medina González, criminóloga y docente: «Me parece que este concepto de la puerta giratoria es absolutamente errado en relación al fenómeno que ocurre en nuestro país y más bien constituye una cierta distorsión política mediática que se intenta instalar para dar cuenta de que el tema de justicia no funciona».

Medina afirma que «esta mentalidad más asociada a la idea de una cierta compasión con el delincuente y a una inversión pública ad hoc para que esa persona pueda reinsertarse eficazmente a la sociedad, más bien a virado hacia una idea del delincuente como un enemigo que debe ser controlado, que incluso debe sufrir un castigo muy brutal, ejemplarizante que no está asociado necesariamente a la reinserción».

8 de diciembre de 2022

Por Nacor Santolalla, U. Central

Según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana, ENUSC 2021 (Ministerio del Interior y Seguridad Pública – Instituto Nacional de Estadísticas), uno de los indicadores que busca medir la percepción de inseguridad de la población, y que se refiere específicamente al porcentaje de personas que perciben que la delincuencia aumentó durante los últimos 12 meses, alcanzó una cifra de 86,9% para el año 2021, la más alta desde 2003 y con un incremento de 2,6 puntos porcentuales respecto de 2020.

La misma encuesta, sin embargo, da como resultado una baja significativa en la victimización (porcentaje de hogares victimizados por delitos de robo con violencia o intimidación, por sorpresa, en la vivienda, de vehículos, desde vehículos, hurto y lesiones) entre 2020 y 2021, alcanzado un 16,9%. Esta cifra viene sistemáticamente a la baja desde el año 2017, año que registró un 28%.

Por otra parte, según cifras de la Policía de Investigaciones, entre el 1 de enero y el 26 de junio del presente año, en comparación con el año 2021, se registra un aumento de un 28,7% en torno al delito de homicidio.

Para saber los aspectos criminológicos vinculados con estos datos sobre la percepción de inseguridad respondió la profesora Paula Medina González, Magíster en Criminología, Universidad Central; Magíster en Métodos para la Investigación Social, Universidad Diego Portales; Diplomado en Métodos Cualitativos de Investigación Social, Universidad Diego Portales; Postítulo en Justicia, Derechos y Políticas Públicas para la Infancia y Adolescencia, Universidad Diego Portales. Psicóloga, Universidad de Chile. Doctoranda en Derecho, Universidad de Buenos Aires.

1. Dentro de las causas de la percepción del aumento de la delincuencia en el país, ¿se podrían considerar los medios de comunicación, respecto a exacerbar la percepción sobre la cantidad de delitos cometidos a diario, siendo los más expuestos los delitos violentos?

Efectivamente los medios de comunicación juegan un rol respecto a la construcción de la percepción de inseguridad ciudadana. Está comprobado desde una serie de teorías vinculadas a la comunicación (como la agenda setting, entre otras) que efectivamente la prensa puede aportar a que las personas tengan determinadas concepciones, no solamente en el ámbito del delito, sino que en general sobre formas de interpretar o leer una determinada realidad social.

Particularmente hoy resulta muy significativo, dada que las noticias sobre inseguridad ciudadana, sobre delincuencia, ocupan un porcentaje muy significativo de la cobertura mediática nacional, sin perjuicio de eso, las personas no construyen su percepción solo a partir de lo que dicen los medios de prensa, sino que también lo hacen a raíz de su propia experiencia, ya sea directa o indirecta y lo que saben a partir de lo comentado entre familiares y pares.

Por lo tanto, los medios de prensa juegan un rol que puede ser muy importante, pero que siempre esta mediatizado a partir de estas otras experiencias. En efecto, tiene que haber una cierta confluencia de las diferentes fuentes, de una manera sistémica, para que eso puedo transformarse en una percepción propiamente tal, en este caso respecto de la delincuencia.

2. La llegada de bandas criminales extranjeras ¿podría generar estigmatización, siguiendo la lógica de que determinados extranjeros es igual a determinados delitos?

No aseguraría que la llegada de bandas criminales extranjeras por si solas generan estigmatización, sino que tiene que ver en cómo efectivamente esta información sobre bandas criminales ocupa un lugar a través de la prensa o a través de los discursos políticos o públicos en general, asociados a fenómenos de criminalidad, por una parte.

Por otra parte, el fenómeno de la migración genera una serie de problemas a nivel de convivencia social y desafíos para la política pública, los cuales generan tensiones y conflictos, que junto con ciertos discursos que se enarbolan por parte de la prensa o autoridades políticas, criminalizan al mundo migrante, pudiendo generar una cierta estigmatización.

Las bandas criminales extranjeras ocupan (todavía) en Chile un lugar minoritario respecto del panorama completo de la criminalidad, por ende, la estigmatización no viene necesariamente por la importancia o ponderación de su “peso” respecto a la criminalidad nacional, sino que esta más bien asociados a estos estereotipos, y además, como resultado de cierta conflictividad, muchas veces  por la incapacidad de los gobiernos de hacerse cargo de una migración regulada, con acceso a servicios, derechos fundamentales, etc.

Sumando a lo anterior, en el ámbito de la criminalidad siempre ha existido una tendencia a pensar que las personas criminales son justamente “aquellos distintos a nosotros”, de consiguiente es muy fácil construir enemigos externos, que son los que potencialmente podríamos llamar criminales. En efecto de lo anterior, personas que vienen de otras culturas, con mayor probabilidad caben dentro de estos estereotipos que sitúan a los criminales como “otros distintos”.

3. ¿A qué causas obedecería el aumento de delitos de mayor connotación en el país?

Habría que ver hasta qué punto efectivamente hay un aumento de delitos de mayor connotación social en el país, lo que demuestran las encuestas de victimización es que la victimización en Chile ha bajado sistemáticamente en los últimos años, no así la percepción de inseguridad, sim embargo existen algunos focos de aumentos, de algunos delitos, en algunas regiones del país. Pero la tendencia en materia de criminalidad como cualquier otra fenómeno público o social debe analizarse a largo plazo, ya que un aumento incipiente puede ser causado por situaciones muy coyunturales que no significan necesariamente una tendencia o una situaciones sistemática en el país.

Dicho lo anterior, puede ser que efectivamente enfrentemos unos fenómenos localizados, de ciertos aumentos delictivos asociados a cierta complejidad social, por ejemplo, el aumento del homicidio en relación con el fenómeno del narcotráfico, cuyo problema requiere de un abordaje muy integral y de mayor sofisticación por parte de todos los actores involucrados, tanto a nivel preventivo, como a nivel reactivo, ya que ha habido un cierto aumento del fenómeno del microtráfico y narcotráfico en el país.

Lo anterior se puede explicar por falta de profesionalización y sofisticación respecto de cómo enfrentar este fenómeno, que a su vez se relaciona con la globalización, la cual llega a sobrepasar a los países en forma individual para hacerse cargo de este fenómeno, y por ende exige que además existan acuerdos a nivel global.

Otro factor relevante del narcotráfico también se puede encontrar con el debilitamiento del Estado en determinados sectores, a través de lo cual, tanto por la demanda del consumo y oferta de droga, se ha ido fortaleciendo sistemáticamente el mercado a propósito de la inacción por parte del Estado, tanto a nivel de medidas preventivas y reactivas eficaces y oportunas.

4. Respecto de la sensación de inseguridad, la labor de los entes persecutores en el proceso penal ¿se podría considerar como un factor de esta sensación?

Respecto a la percepción de inseguridad sí es probable que la labor no sólo de la Fiscalía, sino que del sistema de justicia en su conjunto tiene un impacto respecto a esa sensación dado que, una cosa es pensar que puedo estar efectivamente expuesto a situaciones de criminalidad, de delincuencia y eso ya genera un cierto impacto en la percepción de inseguridad, pero ese impacto pudiese verse aumentado si yo además siento que, una vez que fui víctima de la delincuencia no existe un sistema de justicia capaz de hacerse cargo de esa situación, tanto de perseguir, sancionar y condenar eficaz y oportunamente a las personas que cometieron esos ilícitos, entonces se combina ahí una suerte de sensación de desprotección con la criminalidad directa propiamente tal junto con la sensación de desprotección respecto a la capacidad del Estado para perseguir y sancionar estos hechos.

5. ¿Qué opina de la narco-cultura?

Me parece que es un fenómeno que hay que estudiar, no conozco de investigaciones todavía en Chile que hayan desarrollado estudios de campo sobre este fenómeno, pareciera ser que es un fenómeno que surge fuertemente asociado a lo que significan las tecnologías de la información y las comunicaciones, así como hay otras tendencias culturales, musicales, artísticas, sociales, entre otras, que ocupan las tecnologías de la información para de alguna manera promover esta suerte de mercado publicitario asociado a determinadas formas de ser y de estar en el mundo.

Me parece que también hay un mercado asociado a esta idea de la narco cultura que desde el mundo artístico, desde el mundo social y desde las propias personas que están vinculadas al mundo del narcotráfico efectivamente promueven y reproduce. Sim embargo, no me parece que sea un fenómeno muy distinto a lo que ocurre en relación a otros aspectos o tendencias culturales, solo que nos llama más la atención por lo transgresor que resulta, por una cierta naturalización que se produce en relación a este tipo de conductas, que tradicionalmente más bien ocupaban un lugar oculto dentro de la sociedad.

Me parece que lo que llama la atención respecto a eso es que es “visible”, con un cierto “descaro” (podríamos decir), que se muestra, pero esto de mostrarse o de demostrarse, también tiene que ver con otro fenómeno más global que se relaciona hoy día con las redes sociales y cómo las personas en general utilizamos todas estas plataformas y estos medios digitales para mostrar nuestra intimidad, para dar a conocer nuestra preferencia, nuestro gusto, hay todo un mercado y toda una serie de mecanismos que las propias redes sociales utilizan para fomentar esta suerte de exposición pública del mundo privado, entonces bajo ese punto de vista no me parece que fenómenos representen ciertas formas de ser o ciertas culturas o micro culturas, que existen nuestra sociedad no ocupen o no sean parte también de esta misma tendencia, que es visibilizar aquello que tradicionalmente quedaba más bien en el mundo privado.

Por cierto no me parece particularmente deseable porque ocupan un espacio que puede significar cierto modelaje o de imitación para nuevas generaciones, particularmente los niños, empero como decíamos anteriormente tampoco las personas necesariamente por solo hecho de exponerse o de visibilizar este tipo de fenómenos a través de las redes sociales o de espacio mediático van a usar y consumir esta narco-cultura, eso va a estar filtrado también por otra forma de socialización que compiten en esto, la familia, la escuela, el medio social, el barrio de la comunidad, etcétera. Sólo cuando hay una confluencia de todos estos espacios o de los espacios más significativos, entonces las personas realmente podrían verse influenciadas por una narco-cultura propiamente tal, de no ser así queda en un ámbito más bien acotado de consumo mediático, como de tantas otras formas de consumo, que no pasan de ser eso.

6. Junto con el aumento del delito de homicidio, también se evidencia un aumento en el uso de armas de fuego en estos delitos. ¿La narco-cultura podría haber influenciado en el uso de armas?

Más que la narco cultura al parecer como decíamos antes también tenemos en Chile un problema un tanto “creciente”, que pareciera ser respecto al narcotráfico y al impacto y extensión que eso está teniendo también a nivel de  ciertas poblaciones, ciertos barrios, ciertos entornos, con el micro tráfico previamente y de manera cada vez más extensiva, ya no sólo asociado a barrios más populares sino que también de manera bastante transversal a otros sectores sociales.

Por ello al parecer se puede afirmar que ya desde hace tiempo tenemos un problema creciente de consumo de drogas en nuestra población adolescente, que tiene su cara de la moneda en un mercado ya no solamente internacional como de “Chile de paso de droga”, sino que más bien un mercado interno creciente, que mueve mucha cantidad de dinero y que hace que el fenómeno del narcotráfico tenga por lo tanto un nicho también en nuestro país.

Considero que el narcotráfico en sí mismo promueve el uso de la violencia y de cada vez una mayor violencia, porque trae aparejado conflicto entre las diferentes bandas que intentan controlar el territorio y el poder respecto al mercado, lo cual se traduce finalmente en un mayor nivel de violencia y uso de arma.

7. ¿Es realmente posible ser influenciado por la música o culturas que enaltecen el delito como medio de vida?

Me parece que la influencia que pueden tener la música y la cultura vinculada al delito o este ejemplo de la narco-cultura, sólo se produce en la medida que hay otros contextos de la vida de una persona que sintonizan con esto. Es decir una adolescente que tiene una familia de clase media sociocultural, que va al colegio, que tiene oportunidades de formas de inserción, derechos fundamentales  medianamente garantizado o mínimamente garantizado y por lo tanto, otras alternativas en términos de formas de vida, no va a verse particularmente influenciado por esta narco-cultura, a diferencia de otro adolescente que por el contrario cuyo entorno efectivamente es proclive a todo lo que la narco cultura significa, rodea, y termina visualizándolo como un medio válido y posible para llevar su vida, entonces ahí es posible que efectivamente se dé algún tipo de influencia y que la narco-cultura juegue un rol, pero sólo en esos casos.

8. ¿Están relacionados los conceptos de vulnerabilidad, falta de oportunidad, violencia, delincuencia, cárcel y reincidencia?

Sí, yo creo que efectivamente dependiendo del tipo de criminalidad, ya que existe un tipo de criminalidad (sobre todo asociados a los delitos contra la propiedad y muchas veces a delitos violentos) que usan la violencia justamente para cometer estos delitos. Respecto a ello efectivamente podemos identificar en la base de esto, cierto fenómeno de vulnerabilidad y de falta de oportunidades en algunos casos. Sin embargo, esta asociación no se da tan fuertemente porque las personas “más vulnerables” o con falta de oportunidades sean las que cometen delitos a propósito de buscar un medio en el mundo delictivo para sobrevivir, llevar adelante su vida, suplir sus necesidades básicas, sino que considero que esa asociación se da bien por un cierto proceso de criminalización respecto a determinadas clases sociales y respecto a determinadas formas de exclusión, marginación social y vulnerabilidad, es decir creo que el sistema de justicia penal y particularmente la cárcel, como sanción penal termina focalizándose fundamentalmente en un tipo de población, que es la población más vulnerable y más excluidas, no porque esa sea necesariamente la población que comete más delitos o que comete los delitos más graves sino que, porque los sistemas de justicia criminal (no sólo en nuestro país) suelen tener determinados sesgos y determinados criterios de selección respecto a qué tipos de delitos se enfoca con mayor fuerza y sobre determinados tipos de personas que son particularmente más criminalizados. Entonces actualmente probablemente tenemos también una delincuencia significativa a nivel de delitos económicos, delitos de corrupción, los tradicionales delitos de cuello y corbata y otras formas delictivas que quizás no son perseguidas de la misma forma ni con la misma intensidad que los tradicionales delitos contra la propiedad y que hacen que estas personas que cometen estos delitos y esta forma delictiva estén subrepresentadas en la cárcel.

Por lo tanto, creo que la vulnerabilidad, la marginalidad y la falta de oportunidades se expresan más no tanto como causas del delito, sino que como causa de los procesos de criminalización que se hacen en relación a las personas.

9. ¿Qué opina de la prisión preventiva y/o cárcel efectiva como medida para solucionar la “puerta giratoria”?

A mí me parece la idea de la puerta giratoria es una idea cerrada, es un constructo social-político, el cual no parece tener bases empíricas para asociarla con la cárcel efectiva, muy por el contrario, nosotros tenemos en Chile una prisión preventiva creciente en los últimos años de manera muy importante. Los jueces de garantía aplican la prisión preventiva de manera muy significativa, son muy pocos los casos en que pudiendo aplicarse no se aplica y se opta por otra medida cautelar, por lo tanto, me parece que este concepto de la puerta giratoria es absolutamente errado en relación al fenómeno que ocurre en nuestro país y más bien constituye una cierta distorsión política mediática que se intenta instalar para dar cuenta de que el tema de justicia no funciona, que los jueces son supuestamente muy “garantistas” y que no hay un suficiente control contra la criminalidad.

En conclusión, me parece que no habiendo puerta giratoria en Chile no hay nada de lo cual preocuparse en ese sentido digamos, al contrario, creo que hay que preocuparse justamente por indagar qué es lo que pasa detrás de un alza muy importante sistemática de la prisión preventiva.

10. Teniendo en cuenta la percepción de inseguridad en la población del país, poco se habla de los bajos niveles de reinserción en Chile. ¿A qué obedece que un país se centre en aumentar penas de delitos, y no en generar mejores mecanismos para lograr la reinserción?

Hay varias explicaciones sobre esto, una de las explicaciones importantes que ha habido desde hace bastante tiempo ya, es una suerte de transformación cultural muy significativa respecto a nuestra concepción de las personas que cometen delito y del impacto de la inseguridad sobre la vida moderna o postmoderna, en que las personas ya no creemos mucho (en términos generalizados) como cultura, como sociedad, en la reinserción, ni estamos al parecer muy disponibles para invertir tiempo o recursos en que las personas tengan una segunda oportunidad o nueva oportunidad para alejarse del crimen. Como dice el importante criminólogo escocés David Garland estamos de alguna manera sumergidos en una suerte de cultura del control donde lo que importa ya no son las causas profundas de la criminalidad que identificaban antiguamente estos déficits sociales, de los cuáles eran producto las personas que cometían delitos, sino que más bien hemos avanzado hacia la idea de que lo importante es el control, el control inmediato y directo de la criminalidad, el control a través de las cámaras de vigilancia, el control a través de las alarmas, el control a través de todos estos dispositivos de prevención y de reacción frente al delito y dentro de eso, el control de la persona que comete un delito ya no vinculado a procesos de reinserción, sino que más bien vinculados simplemente la inoculación o a la posibilidad de que estas personas estén detenidas o encerradas al menos durante algún tiempo.

Por lo tanto toda esta cultura del temor a la inseguridad, de la preponderancia que tiene el delito en nuestras vidas, de la centralidad que ocupa a nivel de la política pública, ha hecho que de alguna manera esta mentalidad más asociada a la idea de una cierta compasión con el delincuente y a una inversión pública ad hoc para que esa persona pueda reinsertarse eficazmente a la sociedad, más bien a virado hacia una idea del delincuente como un enemigo que debe ser controlado, inocuizado, que incluso debe sufrir un castigo muy brutal, ejemplarizante que no está asociado necesariamente la reinserción.

11. ¿Serviría explicar el sistema procesal penal a la ciudadanía, para que entiendan cómo funciona el sistema y así intentar lograr mayor afianzamiento al mismo?

Sí por supuesto, siempre la educación respecto a cómo funciona el aparato público en este ámbito como en otros es relevante, ayudaría justamente para que las personas entendieran mejor qué significa la justicia, cómo opera, cuáles son sus fundamentos, por qué la importancia de que exista un proceso acusatorio, por qué son tan importantes las garantías constitucionales, por qué nos protegen a todos en todo momento respecto a nuestra calidad nuestra dignidad humana, etcétera. Creo que eso siempre sería importante y sobre todo no sólo porque ayudaría a que las personas entendieran, sino que además ayudaría a filtrar muchas distorsiones que ocurren a veces en la información pública.

Por lo tanto, las personas podrían tener mejores herramientas para comprender realmente y para poder filtrar aquellos mensajes, como por ejemplo esto de la puerta giratoria, de consiguiente por supuesto que la educación sobre el sistema procesal penal ayudaría.

12. ¿Qué mecanismos recomendaría ser usado a nivel país para frenar la delincuencia, para reinsertar a los condenados y para aumentar la sensación de seguridad?

La política criminal respecto a la delincuencia requiere ser integral, requiere la capacidad de enfocarse en diferentes ámbitos, tiene que ser particularmente fuerte a nivel preventivo y eso significa fortalecer de manera muy significativa los ámbitos de la educación primaria, de la educación de los primeros años, de asegurar efectivamente que el derecho fundamental a la educación sea accesible, de una educación de calidad para todos los ciudadanos y así y de otros derechos también fundamentales; también tiene que ver con promover una cierta justicia social en términos amplios ya ni siquiera penales, políticas, tributarias impositivas, que permitan distribuir la riqueza del país de manera importante, políticas sociales que sean capaces de asegurar mínimos para toda la población, la mejor política criminal siempre es una adecuada política social eso como punto de partida

También uno no puede ser ingenuo en pensar que solo a través de la política social o una idea del bienestarismo puro va a terminar con la delincuencia, puesto que no es posible terminarla de raíz, pero si es posible controlar o mantener en ciertos niveles aceptables.

Por lo tanto, considero que junto con una fuerte política social, los países tienen que avanzar en sistemas de justicia robustos, con instituciones sólidas, que se vayan adecuando a las exigencias de la transformaciones que tiene también la criminalidad, las transformaciones que tienen las tecnologías como un nuevo campo en que ocurre la criminalidad y que además es una herramienta para luchar contra esta. Requerimos que todas las instituciones de la justicia penal se adecuen a los tiempo en relación a las exigencias de una criminalidad cada vez más sofisticada, que actúa de manera más rápida y así poner un acento de manera importante en esto. Junto con eso por supuesto igualmente hay que hacerse cargo tanto de las personas que cometen delito y que ya están identificadas y condenadas, como de las personas que han sido víctimas de delito, hacerse cargo de la delincuencia tiene que ver también con esos 2 aspectos.

En el caso de las personas condenadas, yo particularmente más que pensar en la idea de la reinserción-rehabilitación, lo que se llama o estas ideologías “re”, soy más bien proclive a que los sistemas de ejecución penal al menos tienen que garantizar ciertas condiciones básicas coherentes con la dignidad humana. No creo que sea posible pensar en ninguna forma de reinserción social con sistemas carcelarios hacinados, que no cumplen condiciones mínimas de habitabilidad, donde se producen situaciones gravísimas de violencia institucional y donde hay una muy fuerte discriminación en relación al estándar de derechos que resguarda a las personas privadas de libertad versus los derechos de cualquier ciudadano, puesto que las personas privadas de libertad no tienen acceso al mismo estándar de derechos en materia de salud, educación, acceso a la justicia y entre otros, pese a que esos derechos no están conculcados a partir de la sanción que se le impuso a esta persona.

Producto de lo anterior considero que ningún sistema de reinserción va a ser posible si no nos preocupamos con dotar a nuestras cárceles de niveles mínimos de dignidad. En primer lugar antes siquiera de pensar en algo así como la reinserción social y como decía anteriormente tenemos que hacernos cargo de las personas que han sido víctimas, puesto que la mayoría de estas (sino la totalidad) requieren del estado desde una mano solidaria de apoyo, no solamente en términos de acceso a la justicia y de un proceso justo, también de que el sistema funcione lo mejor posible para lograr investigar, perseguir estos delitos y sancionar a los responsables, sino que también por la vía de la reparación, la reparación económica, la reparación en términos de acceso a la salud en el caso que se hayan visto afectada, la reparación en términos de apoyo psicológico, psiquiátrico (si es necesario), etcétera. Creo que el Estado tiene que desarrollar también una política de atención a la víctima más potente aún todavía de la que ha desplegado hasta el minuto y de la que existe que por cierto existe, pero creo que hay que solidificarla y avanzar más en ello eso.

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