Grandes Juristas

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Alejandro Silva Bascuñán

El constitucionalista y comentarista más importante de las constituciones chilenas del siglo XX.

Alejandro Silva Bascuñán nació en Talca el 31 de diciembre de 1910 y falleció el 11 de septiembre de 2013. Fue un renombrado jurista y constitucionalista chileno e integrante de la Comisión redactora del anteproyecto de la Constitución Política de 1980.

Familia y formación académica 

Nace en el seno de una familia muy religiosa, hijo de Marco Antonio Silva y Ludmila Bascuñán. Estudió en el Liceo Blanco Encalada de Talca.

Luego, estudió en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, tiempo durante el cual vivió con su hermano Marcos en el Pensionado Universitario del Arzobispado. Rindió los exámenes oportunamente en el mes de diciembre, nunca tuvo una nota inferior a 4 y egresó en 1933 con las mayores distinciones. Inicialmente se dedicó al estudio del Derecho Civil. De hecho, su primera publicación fue la tesis de licenciatura, llamada “Cesión de derechos”, aprobada con la máxima calificación y por la cual obtuvo, ese mismo año, el premio Tocornal entregado por dicha casa de estudios en reconocimiento al mejor egresado. Realizó numerosas investigaciones relativas al Derecho Público en Chile, y fue un asiduo activista en importantes causas sociales como la Acción Católica, donde ejerció como Presidente del Consejo Nacional de Hombres entre 1950 y 1958.

Trayectoria profesional y política

Apenas egresa de la carrera de Derecho, fue ayudante de Derecho Constitucional y estuvo a cargo de seminarios de investigación que organizaba el rector de la universidad, don Carlos Casanueva. Luego, fue profesor de Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile desde 1946. También ejerció un tiempo como profesor en la Universidad de Chile. En dos oportunidades fue becado por el Gobierno de Francia para seguir programas de postgrado en la Universidad de París, estudios que realizó en las décadas de los años 40 y 50.

En su basta carrera profesional, ejerció como abogado en la firma Duncan & Fox y en la Sindicatura de Quiebras. Fue miembro del Consejo General del Colegio de Abogados de Chile, propuesto por Pedro Lira Urquieta. Este cargo lo ostenta por seis períodos cuatrienales desde 1953 hasta 1975 y fue presidente del Colegio de Abogados entre 1964 y 1974. Desde ese cargo representó al país en los Congresos de la Federación Interamericana de Abogados, concurriendo además a la Conferencia de la Paz Mundial a través del derecho, realizada en Washington en 1965. Considera su paso por el Colegio de Abogados como el mayor honor que ha tenido en su profesión. También fue Director de la Revista Derecho y Jurisprudencia, entre los años 1953 y 1964 y Presidente de la Confederación de Colegios Profesionales por diversos períodos.

Fue integrante de la Corte Suprema entre 1991 y 1994. Solicitó al Presidente de la República no ser designado nuevamente en tal cargo, ya que demandaba mucho tiempo y él quería dedicarse a otras actividades del derecho.

Si bien Silva Bascuñán tuvo una fuerte vinculación con la academia, el mundo político no le era ajeno, pues su padre era Presidente del Partido Conservador en Talca. Se le ofreció ser diputado por esa zona, cargo que no aceptó porque quería dedicarse al ejercicio del derecho. Sin embargo, ese mismo año surge un movimiento dentro del partido para luchar por los ideales social-cristianos, al cual se unió. En el año 1935, se organizó la Falange Nacional dentro del Partido Conservador, en el cual participó en la redacción de 24 puntos iniciales de la Falange y siempre estuvo entre la directiva máxima del partido, mayormente como Vicepresidente, aunque también estuvo encargado de la presidencia.

Se retira de la política activa durante un tiempo, debido a que recibe una beca que lo obliga a trasladarse a París y, a su regreso, asume como Presidente de los Hombres de la Acción Católica.

Posteriormente es llamado por la Junta Militar de Gobierno de la dictadura militar para formar parte de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, la cual integró desde octubre de 1973 hasta marzo de 1977, cuando por desacuerdos con la Junta abandonó públicamente la comisión, principalmente por el rumbo no democrático que adquiría el modelo constitucional ideado durante el régimen autocrático, como la disolución de los partidos políticos que decretó el gobierno de la época. Reconoce que la llamada Comisión Ortúzar es el origen de la Constitución de 1980.

Es uno de los pioneros en el estudio teórico de la normativa relativa al Congreso Nacional. Junto a otros destacados juristas como Patricio Aylwin, Hugo Pereira, Francisco Cumplido y Jorge Mario Quinzio, formaron el Grupo de Estudios Constitucionales, también denominado el «Grupo de los 24», que, entre mediados de 1978 hasta comienzos de 1982, promovieron un proyecto alternativo al que sería llevado a plebiscito en 1980, sirviendo de base para las numerosas reformas introducidas a la Constitución mediante el plebiscito de 1989.

Finalmente, también fue miembro del Tribunal Supremo y de la Comisión de Ética de la Democracia Cristiana.

Férreo defensor de los Derechos Humanos

Consecuente con los valores en que cree y con los principios que lo inspira, cuando en los tiempos conflictivos de la convivencia nacional, ocurrieron hechos que contrariaban las normas o principios del Estado de Derecho o que conculcaron o lesionaron los derechos humanos, Alejandro Silva Bascuñán no titubeó en salir en defensa de esos principios y derechos.

Así lo hizo frente a abusos o desviaciones de poder que afectaban el libre ejercicio de la abogacía o el buen funcionamiento de la administración de justicia, a comienzos de la década de los 70, y poco tiempo después, frente a violaciones a los derechos humanos que sufrieron algunos abogados. Especialmente merece recordarse la firme y valiente actuación de Alejandro Silva con motivo de la arbitraria medida de expulsión del territorio nacional de que fue víctima el ex decano de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Eugenio Velasco, a raíz de una intervención suya en la asamblea general del colegio de abogados.

En un discurso en homenaje a Alejandro Silva, el abogado y Ex Presidente de la República, don Patricio Aylwin Azócar, dijo “Junto con su condición de cristiano y, en cierto modo, como consecuencia de ella, Alejandro Silva es un demócrata: un hombre que cree en la dignidad esencial de todos los hombres, llamados al ejercicio de la libertad y capaces de gobernarse por sí mismos para alcanzar la justicia y construir la paz y el bien común”.

Obras destacadas

Dentro de sus obras más notables, destaca el “Tratado de Derecho Constitucional”, de dos ediciones. La primera edición, de tres tomos, publicada en 1963, analiza los principios y normas de la Constitución de 1925. La segunda edición, de doce tomos hasta la fecha, publicada a partir de 1997, analiza detalladamente la Teoría Constitucional y la Constitución de 1980. El abogado y ex ministro de Relaciones Exteriores dijo que si Jorge Hunneus fue el autor que explicó de manera más notable la Constitución de 1833, Alejandro Silva era quien mejor explicaba la Constitución de 1925.

El ex ministro de Justicia, Francisco Cumplido, considera que estos volúmenes son uno de los grandes «aportes al derecho constitucional chileno». Además, se reconoce la forma en que explica el fenómeno constitucional acreditando que la Constitución es fruto de procesos culturales.

Otras publicaciones:

Bascuñán, Alejandro Silva (1949). Una experiencia social cristiana. Santiago de Chile: Del Pacífico.

Bascuñán, Alejandro Silva (1950). La physionomie constitutionnnelle du Chili. Impr. Moderne.

Bascuñán, Alejandro Silva (1963). La Constitución de 1925. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.

Bascuñán, Alejandro Silva (1963). Principios. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.

Bascuñán, Alejandro Silva (1976). En torno al porvenir político de Chile. Instituto de Ciencia Política. Universidad Católica de Chile.

Bascuñán, Alejandro Silva (1977). La experiencia chilena sobre referéndum y su valoración. Instituto de Ciencia Política. Universidad Católica de Chile.

Bascuñán, Alejandro Silva (1980). Derecho político: ensayo de una síntesis. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.

Bascuñán, Alejandro Silva (1987). Bases constitucionales de una nueva institucionalidad castrense. Santiago de Chile: Centro de Estudios del Desarrollo.

Bascuñán, Alejandro Silva (1988). Una nueva ordenación constitucional para los cuerpos armados. Santiago de Chile: Centro de Estudios del Desarrollo.

Bascuñán, Alejandro Silva (1993). En torno al Poder JudicialRevista Chilena de Derecho 20 (1): 141-147. ISSN 0716-0747. Consultado el 27 de diciembre de 2019.

Bascuñán, Alejandro Silva (1993). Misión del Tribunal ConstitucionalRevista chilena de derecho 20 (2 y 3): 481-490.

Bascuñán, Alejandro Silva (1996). Legalidad de expropiaciónRevista chilena de derecho 23 (1): 99-126. ISSN 0716-0747.

Bascuñán, Alejandro Silva (1997). “Controversia sobre familia y divorcio: cinco estudios de las recientes iniciativas legales sobre matrimonio, familia y divorcio”. Ediciones Universidad Católica de Chile: 93-128.

Bascuñán, Alejandro Silva (1997). Tratado de derecho constitucional: Principios estado y gobierno. Editorial Jurídica de Chile.

Bascuñán, Alejandro Silva (2000). Derechos humanos en la Constitución de 1925. Red Ius et Praxis.

Bascuñán, Alejandro Silva (2000). Cambios en el régimen de las fuerzas armadas. Red Ius et Praxis.

Condecoraciones

Fue condecorado por el papa Paulo VI con la Orden de San Silvestre por su labor en «Acción Católica». Asimismo, se le otorgó el grado de “Doctor Honoris Causa” por la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1991, y fue investido como Oficial de la Orden de Isabel la Católica en 1998, de manos del rey Juan Carlos I de España.

Fue reconocido como miembro honorario de la Academia de Ciencias Jurídicas y Sociales de la ciudad de Córdoba en Argentina y como Doctor en Ciencias y Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Formador de maestros

Además de su gran aporte intelectual, también para muchos de sus alumnos más que un profesor, Silva Bascuñán fue un formador. Así lo declara la ex presidenta del Tribunal Constitucional, Marisol Peña, quien fuera alumna suya y ayudante. «Entregaba enseñanzas de vida, relacionadas con la importancia de la justicia, de la democracia, del respeto a los derechos fundamentales, de la libertad de las personas», recuerda.

Y aún más, cuenta que cuando recibió el grado de profesora titular en la UC, el más alto que se puede recibir en el plantel de esta casa de estudios, «lo primero que hice fue ir a compartirlo con él, porque entendía que no habría llegado a donde estoy, si él no hubiera creído que era capaz de entregar algo al derecho constitucional».

Comentarios respecto a la Constitución de 1980

En la revista Nº 15 del Colegio de Abogados de Chile, de abril de 1999, se realizó una entrevista a Alejandro Silva Bascuñán, que no deja de ser interesante en cuanto a la reflexión que realiza este gran jurista frente a la pregunta “¿Qué opinión le merece la actual Constitución?”.

La respuesta fue:

“Pienso que la Constitución vale y que es un aporte importante desde el punto de vista jurídico, sobre todo en los aspectos de la filosofía jurídica. A mi juicio está muy bien planteada en todo lo relativo al reconocimiento de las libertades y los derechos de los ciudadanos, pero tiene limitaciones y defectos en la parte orgánica. Creo que es una Constitución que tiene muchos avances técnicos, pero que tiene defectos no sólo por las condiciones políticas en que surgió, sino que por su contenido en cuanto no es auténticamente de inspiración democrática. Claro que esa inspiración democrática se ha ido consolidando, mejorando, con la reforma del año 89 que fue muy importante, y con las que se han venido aprobando, de manera que no creo que se vaya a presentar una situación en donde se pueda prescindir completamente de ella. Se van a tener que hacer reformas sobre puntos en los que hay verdadero consenso».