Grandes Juristas

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Alexis de Tocqueville

Es considerado como el precursor de la sociología clásica y uno de los más importantes ideólogos del liberalismo.

Charles-Alexis Clérel de Tocqueville o Alexis de Tocqueville, nació el 29 de julio de 1805 en París y falleció en Cannes el 16 de abril de 1859. Fue un pensador, jurista, historiador y político liberal francés.

Primeros años y obras destacadas

Procedente de una familia de ultramonárquicos, bisnieto de Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes, también político, que había sido ministro de Luis XVI. Estudió Derecho y obtuvo una plaza de magistrado en Versalles en 1827.

En 1831, su inquietud intelectual lo llevó a viajar a Estados Unidos para estudiar su sistema penitenciario. Fruto de este viaje fue su primera obra: “El sistema penitenciario americano y su aplicación en Francia” (1833). Sin embargo, su estancia en Estados Unidos le permitió profundizar en su análisis del sistema político y social estadounidense, que describió en su libro “Democracia en América” (1835-1840). En él reflejó su admiración por el modelo estadounidense de democracia liberal, que creía más equilibrado (debido a factores moderados como la autonomía local) que el modelo defendido por los revolucionarios europeos.

Trayectoria política

Abandonó la magistratura para dedicarse a la producción intelectual y a la actividad política. En 1839 fue elegido diputado, donde propugnó una serie de reformas, entre las que se incluían la descentralización del gobierno y un poder judicial independiente. En 1841 se convierte en miembro de la Academia francesa y condenó tanto la Revolución de 1848, como el golpe de Estado de Napoleón III en 1852. Acepto servir a la Segunda República como ministro de Asuntos Exteriores en 1848, antes de retirarse definitivamente de la política en 1851, tras oponerse al golpe de Estado llevado a cabo por Luis Napoleón Bonaparte.

Concentrado en su labor intelectual, escribió su obra epigonal “El Antiguo Régimen y la Revolución” en 1856. Allí sostuvo que la Revolución francesa no había constituido una ruptura radical con el pasado, pues se había limitado a confirmar tendencias reformistas esbozadas a lo largo del siglo XVIII, que ya apuntaban hacia una uniformización de la sociedad y una centralización del Estado.

Legado

No solo aportó con su producción intelectual, sino que también contribuyó a convencer a sus contemporáneos de que el signo de los tiempos iba en el sentido de la democratización, abogando por la defensa irrestricta de la democracia, la libertad individual y la igualdad, pues el cambio social es el resultado de la aspiración a la igualdad de los hombres. Asimismo, destaca en su obra importantes aportaciones metodológicas, asumiendo una metodología que en muchos casos es novedosa, teniendo muchos puntos en común con Max Weber.