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Amnistía Internacional confirma el uso de bombas prohibidas de racimo en Sinaí del Norte, Egipto.

El organismo analizó vídeo y confirmó que muestra una munición de racimo Mk 118 sin explotar, de fabricación estadounidense, que sólo podría haber sido lanzada por las fuerzas aéreas egipcias.

2 de marzo de 2018

Amnistía Internacional manifiesta que el análisis de un vídeo publicado por las Fuerzas Armadas de Egipto demuestra más allá de toda duda que se ha utilizado munición prohibida de racimo en ataques aéreos lanzados recientemente en Sinaí del Norte.
De acuerdo al órgano, el 21 de febrero, el ejército egipcio publicó en su cuenta oficial de Twitter un vídeo que afirmaba que eran dispositivos explosivos improvisados colocados por “elementos terroristas”. Sin embargo, Amnistía Internacional ha analizado ese vídeo y ha confirmado que muestra una munición de racimo Mk 118 sin explotar, de fabricación estadounidense, que sólo podría haber sido lanzada por las fuerzas aéreas egipcias.
Najia Bounaim, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, manifestó que “las bombas de racimo se encuentran entre las armas más viles de la guerra moderna; son inherentemente indiscriminadas y pueden matar y mutilar a civiles durante años después de ser arrojadas. Este nuevo vídeo confirma nuestros peores temores: que las Fuerzas Armadas egipcias están utilizando bombas de racimo en Sinaí del Norte. Este uso demuestra un terrible desprecio tanto por la vida humana como por el derecho internacional”.
Enseguida agrega que “las afirmaciones de que estas armas fueron colocadas por miembros de grupos armados no resisten un escrutinio. El vídeo muestra un tipo de munición de fabricación estadounidense que sabemos que posee el ejército egipcio, y que sólo puede lanzarse desde determinado tipo de aviones que sabemos que emplea la Fuerza Aérea de Egipto”.
El análisis realizado por expertos de Amnistía Internacional en armas sobre la submunición de racimo Mk 118 que se muestra en el vídeo revela que esa submunición no está manipulada y que está en buenas condiciones pese a su antigüedad, con el número de serie aún claramente visible en un lateral. Esto sugiere que la submunición se ha lanzado en operaciones recientes.
Según el organismo, las municiones de racimo se lanzan con cohetes o artillería que contienen submuniciones explosivas más pequeñas que se esparcen al azar por una amplia zona. Con frecuencia, muchas de estas submuniciones no detonan, y pueden permanecer sobre el terreno sin explotar, constituyendo una amenaza años después de que termine un conflicto.
Así, Najia Bounaim manifestó que “las Fuerzas Armadas egipcias deben dejar de utilizar inmediatamente estas armas y destruir todos los arsenales. Todos los Estados que suministran armas a Egipto, incluido Estados Unidos, deben suspender de inmediato las exportaciones que entrañan el riesgo de ser utilizadas para cometer violaciones graves de derechos humanos. Las bombas de racimo están prohibidas por el derecho internacional por muy buen motivo”.
Según la documentación del Departamento de Defensa estadounidense, obtenida por Human Rights Watch y citada en su informe sobre munición de racimo, en 2007 Egipto tenía en sus arsenales 321.000 submuniciones en bombas Rockeye.

 

Vea texto íntegro del documento

 

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