La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó el lunes 29 de junio, que la ley que restringe el aborto en Luisiana viola el derecho de las mujeres al acceso al aborto, amparado por la Constitución de Estados Unidos de América.
La interrupción del embarazo no se había discutido desde la asunción de los dos jueces conservadores elegidos por Donald Trump, ya que el fallo anterior de 2016 derogó una ley del estado de Texas que imponía restricciones muy similares. Por cinco votos a favor y cuatro en contra, el Máximo Tribunal derogó la normativa aprobada por el estado de Luisiana en 2014, que obligaba a los médicos a practicar el aborto en clínicas que estuviesen ubicadas a menos de 48 kilómetros de un hospital general, lo que obligaba al cierre de 2 tercios de las clínicas que practicaban abortos, dejando un único doctor, para practicar la interrupción a las casi 10.000 mujeres solicitan este derecho. El voto del presidente del órgano judicial, de tendencia conservadora, Justice John Roberts, inclinó la balanza hacia la derogación de la ley.
El estado justificó las restricciones, señalando los posibles los riesgos derivados del procedimiento en caso de complicaciones, por lo que aquellas pacientes debían ser transferidos a hospitales de mayor tamaño. Sin embargo, los jueces consideraron que la ley se dictó en violación al derecho amparado en la sentencia conocida como Roe vs Wade, que en 1973 estableció que el aborto era un derecho constitucional protegido por la enmienda 14ª de la Constitución.

Vea texto íntegro de la resolución de la Corte Suprema de Estados Unidos, Case June Medical Services L. L. C. et al. v. Russo, Interim Secretary, Louisiana Department Of Health And Hospitals.

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