«El impacto de las neurociencias en la teoría general de la responsabilidad. La responsabilidad por creación de expectativas», por Fernando Shina.
El optimismo del ser humano es, en muchos sentidos, irracional. Esto quiere decir que estamos, felizmente, subordinados a nuestros deseos que usualmente superan las restricciones más razonables de, valga la redundancia, la razón. Dicho en otras palabras: nuestro deseo de tener cosas o emprender negocios que imaginamos fructíferos, nos hace mucho más optimistas de lo aconsejable, sobre todo al momento de tomar decisiones presupuestarias y financieras.