Si bien denuncia de tutela como la acción de autodespido por incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato se fundan en los mismos hechos, ellas apuntan a distintos objetos y tienen sus propias exigencias de procedencia.
Dichas acciones se hicieron valer una como principal y la otra en forma subsidiaria, de modo que desestimada la primera, bien podía acogerse la segunda, de manera que las decisiones de la a quo se pueden cumplir sin impedimento, por cuanto no se contraponen, así se concluye que no existen decisiones contrapuestas.