Corte Penal Internacional (CPI) rechaza categóricamente sanciones tomadas por Estados Unidos.
No es la primera vez que la actual administración norteamericana la emprende públicamente contra organizaciones internacionales adscritas a Naciones Unidas, y es posible que la actual contienda electoral norteamericana explique (en parte) esta nueva arremetida, esta vez contra la justicia penal internacional.