Médico anestesista es responsable al aplicar inyección peridural que perforó duramadre de actora, sin haber valorado previamente el estado de nerviosismo de la misma y la falta de personal idóneo para secundarlo.
El fallo señala que ha quedado corroborado que, por error u omisión, el médico condenado no describió las anomalías sufridas durante la práctica en el protocolo anestésico primigenio, lo que sí realizó en anotación posterior.