Publican «El delito de cantar».
No parece que concurran en absoluto las circunstancias que justificarían una medida tan extrema como es la punición de una actividad artística. A lo que hemos asistido más bien es a una venganza, a un acto de retaliación por parte de las instancias del Estado frente a contenidos que les disgustaban y ofendían.