La calidad de poseedor de hecho de un perro no habilita para exigir indemnización por responsabilidad extracontractual al propietario, cuando el daño que le provocó era previsible y esperable.
El actor conocía al perro con anterioridad a los hechos, en razón de su amistad con el dueño, y lo paseó en forma voluntaria y gratuita.