Fue absuelto un Notario por el delito de falsedad de documento por el Tribunal Supremo de España.
Se le acusó de imprudencia grave al autorizar la venta de un inmueble, no obstante acreditó que realizó las comprobaciones documentales que estaban a su alcance y adoptó una decisión que, en atención a los datos obtenidos, no podía considerarse irrazonable.