Padres son condenados por abusar, maltratar y obligar a mendigar a su hija menor de edad.
El acusado consiguió que su hija se plegase a sus propósitos a causa del influjo que ejercía sobre ella, provocado por su posición de superioridad, derivada de su condición de padre y de su mayor madurez, de modo que la víctima toleró y aceptó (como ella misma repitió) tales actos.