El Estado debe garantizar la dignidad humana como una condición inherente, innata e intangible que tiene toda persona de ser respetada y valorada como ser individual y social, proponen Convencionales Constituyentes.
El nuevo texto Fundamental debe señalar con claridad el respeto irrestricto, irrenunciable, imprescriptible, inviolable e inalienable a la dignidad humana con el Estado como principal protector para que se cumpla.