Hungría vulneró derechos de un joven gitano obligado a estudiar en un colegio de su etnia a pesar de que la educación que proporcionaba era deficiente.
El demandante fue educado en condiciones de segregación, por lo que el Estado tiene el deber de tomar medidas para corregir esa desigualdad y evitar la perpetuación y la discriminación resultantes de la sobrerrepresentación de alumnos romaníes en la escuela.