Si bien la víctima fue estrangulada, la falta de certeza de la hora de su fallecimiento impide condenar al acusado, porque existe la posibilidad de que él no estuviera en el lugar al momento de los hechos.
No existe prueba biológica que vincule al acusado con la perpetración del ilícito, lo que puede deberse a una alteración del sitio del suceso, pero también cabe la posibilidad a que se deba que no tuvo participación en el hecho y que hayan intervenido terceras personas.