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3° Encuentro de la Sociedad de Políticas Públicas.

LYD concluyó que “a medida que los subsidios aumentan, las horas trabajadas por jefes de hogar tienden a disminuir”.

En días pasados, el Instituto Libertad y Desarrollo, presentó un estudio elaborado por sus investigadores Paulina Henoch y Ercos Valdivieso, en el Tercer Encuentro de la Sociedad de Políticas Públicas, el cual tuvo por objeto “cuantificar el efecto de los actuales subsidios sociales sobre las horas trabajadas del jefe de hogar”, y que, en definitiva, […]

3 de febrero de 2012

En días pasados, el Instituto Libertad y Desarrollo, presentó un estudio elaborado por sus investigadores Paulina Henoch y Ercos Valdivieso, en el Tercer Encuentro de la Sociedad de Políticas Públicas, el cual tuvo por objeto “cuantificar el efecto de los actuales subsidios sociales sobre las horas trabajadas del jefe de hogar”, y que, en definitiva, comprobó la hipótesis “que a medida que los subsidios aumentan, las horas trabajadas por los jefes de hogar tienden a disminuir”.

El estudio acuña el método de “apareamiento o matching”, el cual cuantifica el impacto de un determinado programa, donde sumaron todos los subsidios que se incorporan en “Chile Solidario”, utilizados a nivel individual por hogar y se sustenta con datos de la encuesta CASEN de 2009, el cual demuestra que las transferencias monetarias sin condiciones tienen mayor efecto en las mujeres, ya que si los subsidios recibidos equivalen al 50% o más de los ingresos que obtiene por su cuenta, una mujer jefa de hogar disminuye su carga laboral en promedio 6 horas a la semana, distinto es el caso de un jefe de hogar, quien lo haría en tan solo 3 horas, por tanto, “son las mujeres las que tienen un mayor efecto en la disminución de horas trabajada”.

Asimismo, el Instituto determinó que los subsidios monetarios tienen un mayor impacto que los no monetarios. En casos en que el subsidio es importante, jefes de hogar de mayor edad presentan un mayor impacto, lo que se traduce en que “si el jefe de hogar tiene entre 31 y 54 años y tiene un subsidio monetario superior al monto del ingreso autónomo, éste trabaja 3,4 horas menos promedio. Luego, si tiene más de 55 años éste trabaja 5,5 horas semanales menos.”

Finalmente, LYD concluyó que el 20% más pobre de la población tiene un menor efecto que el resto de los quintiles, razón por la cual comparten la idea que “los subsidios deben ser focalizados en los grupos más vulnerables”.

 

Vea texto íntegro del estudio.

 

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