Recientemente el parlamento turco, con un total de 339 diputados a favor, aprobó el referéndum impulsado por el presidente Recep Tayyip Erdogan, en el que se espera aprobar un paquete de 18 reformas constitucionales.

Así, de ser finalmente puesto en práctica, el paquete de reformas indicado cambiaría la naturaleza del sistema político turco y convertiría al país en Estado presidencialista. Erdogan vería así aumentar significativamente sus poderes ejecutivos al mismo tiempo que el Parlamento perdería poder a pesar de aumentar en 50 el número de escaños.

Un presidente partidista y jefe del Ejecutivo, con mayor influencia sobre la judicatura, frente a unos diputados que perderían la posibilidad de someter al Gobierno a una moción de censura.

De ese modo, una vez aprobada la reforma en el Parlamento, los partidos políticos ya se concentran en la campaña electoral que precederá al referéndum; una campaña que, con probabilidad, se desarrollará durante el mes de abril de 2017 y bajo estado de emergencia.

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