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Sobre «Acudir a un abogado, mejor antes de que estalle el conflicto».

No consultar a un abogado desde el primer momento que tenemos una duda legal y dejar que el asunto se complique, eso sí que es complicarnos la vida y puede salirnos caro.

28 de mayo de 2018

En una reciente publicación del medio español Confilegal se da a conocer el artículo “Acudir a un abogado, mejor antes de que estalle el conflicto”, del autor Gonzalo Gómez, especialista en publicidad.
El académico sostiene que tener un abogado es de esas cuestiones que la mayoría de nosotros no nos planteamos. En nuestra mente es inevitable relacionar a estos profesionales con conflictos legales, con un juicio, con problemas serios y que pueden tener consecuencias graves. La imagen que nos transmiten las series o películas con abogados como protagonistas, tampoco ayuda. Un servicio que sólo está al alcance de los más ricos, un mundo de recovecos y trampas que utiliza un lenguaje fuera de nuestra comprensión.
Sin embargo, segura, estamos cometiendo un grave error, no consultar a un abogado desde el primer momento que tenemos una duda legal y dejar que el asunto se complique, eso sí que es complicarnos la vida y puede salirnos caro. La cantidad de especialidades que existen dentro de la abogacía es también un poco responsable de ese distanciamiento entre usuarios y profesionales.
Luego se pregunta el autor del texto ¿Cómo podemos cambiar esas sensaciones y acercarnos a la figura y funciones de un abogado para saber cuándo acudir a ellos? Pues, afirma, la mejor forma es presentando historias o supuestos reales en los que te conviene tener un abogado a tu lado.

Casos en los que se necesita abogados especialistas en Derecho Civil:

El autor explica que esta es una de las materias más amplias y que abarca más asuntos que afectan el día a día de cualquier ciudadano. Son abogados civiles los que asesoran para la realización de contratos de arrendamiento, hipotecas, compraventa y también los que tramitan herencias, los que llevan o los que actúan en demandas sobre vulneraciones de derechos civiles.

Caso 1. María recibió una llamada comunicándole que su madre había sido ingresada de urgencias. Cuando supo que había sufrido un ictus, de serias secuelas, y que la recuperación iba a ser muy lenta, además de la preocupación personal, comenzó para ella un calvario de problemas de todo tipo. El internamiento de su madre en un centro que pudiese cuidarla y atenderla implicaba un costo que no podían asumir.
La solución era alquilar el departamento en propiedad exclusiva de su madre, pero ella no podía hacer nada porque la única titular era su madre, que estaba incapacitada, con sus funciones físicas y mentales totalmente disminuidas. Fue el momento de contratar a un abogado civil para gestionar una demanda de incapacitación judicial.

Caso 2. Pedro y su mujer son de los muchos españoles afectados por las secuelas de la crisis económica. Su vida era “normal”, sus dos trabajos les permitían pagar su hipoteca, criar a sus dos hijos cubriendo todas sus necesidades e incluso permitirse pequeños lujos, como una semanita de vacaciones, salir a cenar de vez en cuando, una vida de familia de clase media. Tras dos años con ambos progenitores en paro o como mucho encontrando algún trabajo mal pagado y temporal, reciben una notificación de desahucio.
Gracias a la intervención de un abogado civil, no tuvieron que abandonar su hogar. Aunque, ahora saben que hubiese sido mejor pedirle consejo desde el principio, porque se podría haber ocupado de negociar con el banco una rebaja de su recibo o buscado otras vías para no llegar a ese traumático momento de verse en la calle.

Dos casos en los que se necesita un abogado penalista:

El autor arguye que los abogados expertos en Derecho Penal son profesionales a los que mejor no verse obligado a recurrir, más que nada porque se ocupan de actuar en las situaciones más graves, en las que nadie quiere verse inmerso.

Caso 1. Alejandra volvía a su casa después de una despedida de soltera y fue agredida sexualmente en un portal. Desgraciadamente, un caso muy de actualidad por sentencias como la de La Manada. Por suerte, después de la violación su agresor huyo y ella pudo ser atendida en urgencias. Se llegó a determinar la identidad del culpable por las huellas que dejó en ella, ya que estaba fichado.
Alejandra fue de las valientes mujeres que denuncian, consciente del doloroso proceso legal que iba a tener que sufrir. El apoyo de su abogado penalista que contrató fue una de las claves para no echarse atrás y luchar por una condena justa para su violador.

Caso 2. Javier recibe una demanda en la que se le acusa de ser responsable de un delito contra la salud pública. ¡Ni siquiera sabía que existiese esa figura penal! ¿Su delito? Pues ser el propietario de un pequeño restaurante familiar. Fue demandado por un turista inglés que alegó haber sufrido una intoxicación alimentaria tras comer en su local. ¿Les suena a uno de esos casos de turismo de demanda falsa que tanto daño están haciendo a los hosteleros españoles? Efectivamente, el abogado penalista contratado por Javier pudo demostrar la falsedad de esa denuncia. Hoy, su teléfono es de los que siempre tiene a mano para consultarle hasta su más mínima duda.

Casos todos ellos reales y en los que es esencial acudir a un abogado, recomienda el autor.

 

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