En una reciente publicación de la Biblioteca del Congreso Nacional se da a conocer el artículo “La importancia de un plan nacional en el desarrollo de nanociencia en Corea”. Se sostiene que la existencia de una legislación clara en esta área de la ciencia y programas de desarrollo a futuro han permitido que el Gobierno conforme grupos de investigación en colaboración con los grandes conglomerados económicos y la academia.
A continuación se expone que el Plan de Desarrollo Integral de Nanotecnología y la Sociedad Coreana de Investigación en Nanotecnología son los pilares de la Ley de Desarrollo de la Nanotecnología, publicada el año 2002. Para la Unesco, Corea del Sur representa un ejemplo de desarrollo en esta materia, pues ha generado las condiciones para la creación de nuevas tecnologías, pero también porque ha formado a miles de nuevos investigadores que posicionan al país asiático en el tercero con más publicaciones científicas en la materia.
Estado como actor principal en el desarrollo de la nanociencia
El texto aclara que si bien Corea del Sur no es el primer país en el mundo en el desarrollo de la nanotecnología -tampoco el que más importancia le da- tiene una política exitosa de desarrollo demostrada en el rápido progreso de esta rama de la ciencia en todos los aspectos de su industria. Esta realidad es explica en parte gracias al trabajo de la Sociedad Coreana de Investigación en Nanotecnología (KoNTRS) institución perteneciente al Ministerio de Ciencia y Planificación a Futuro (MSIP) del país asiático.
La BCN explica que a través del trabajo de más de nueve mil investigadores, esta institución promueve el desarrollo de la nanociencia para ser aplicada en todos los niveles de la sociedad, principalmente en universidades, como también asesorar al Gobierno en políticas donde sea posible la incorporación de elementos de nanotecnología. De la totalidad de investigadores, más de dos mil se especializan en nanotecnología. Su misión, además de generar conocimiento se centra en promover el intercambio de información y desarrollar recursos humanos en los programas que lleva adelante la KoNTRS, como por ejemplo la realización de conferencias sobre nanotecnología o participar de proyectos de cooperación internacional.
La ejecución de tales acciones por parte de la sociedad, continúa, se realiza gracias a la existencia de la Ley de Promoción para el Desarrollo de la Nanotecnología, publicada en diciembre de 2002, y que describe los lineamientos de una política de desarrollo. En ella, se plantea que es el Gobierno el actor principal en la promoción y desarrollo de la nanotecnología y velar por su desarrollo ordenado y eficiente. Asimismo, expresa la necesidad de que el Estado sea el principal agente en la expansión de fuentes de financiamiento y obtención de recursos para la investigación.
Plan nacional de desarrollo de la nanotecnología
La BCN detalla que la ejecución de políticas para el desarrollo de la nanotecnología y los lineamientos que sigue la KoNTRS se explican gracias a la existencia del Plan de Desarrollo Integral de Nanotecnología. Establecido como una prioridad en la ley de 2002, plantea y replantea la misión de todas las organizaciones relacionadas con el desarrollo de esta área de la ciencia, pero también formula programas de trabajo en conjunto con otros organismos públicos, como por ejemplo el de Educación, Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Comercio, Industria y Energía, o el Ministerio de Medioambiente.
Así, se comenta, el plan de desarrollo ha proyectado su esquema de trabajo en períodos de 10 años a futuro. En una primera instancia la etapa inicial de construcción de infraestructura que apoye el desarrollo de la tecnología se llevó a cabo entre 2001 y 2010. Una segunda etapa, comenzó el año 2006 y finalizó el 2015, donde se generaron las condiciones para introducir la nanotecnología en el sector privado, unión que ha tenido efectos positivos en los años posteriores.
De tal manera, la BCN afirma que la combinación entre una legislación clara, una institución sólida como es la KoNTRS y un plan de desarrollo a largo plazo ha permitido que Corea del Sur esté dentro de los cinco países con mayor inversión. En una publicación de la revista Business Korea se muestra como durante el año 2017 el país asiático invirtió más de 447 millones de dólares en nanotecnología, lo que lo convierte en el tercer país en el mundo con una mayor cantidad de patentes registradas, además de la colaboración con 10 agencias gubernamentales y 11 institutos de investigación científica.
De igual manera, se añade, la existencia de este plan ha permitido que los proyectos de investigación sean conducidos por grupos conformados por el Gobierno, la academia y laboratorios industriales de empresas como Samsung o LG que exploran la posibilidad de desarrollar tecnologías básicas relacionadas con materiales orgánicos e inorgánicos, nanoprocedimientos para la generación de semiconductores, o almacenamiento de información.
Valoración de la experiencia coreana y aprendizajes para nuestro país
La BCN asevera que los resultados de la iniciativa nacional de Corea del Sur son valorados ampliamente en el Reporte de Unesco para la Ciencia: Hacia 2030, donde se señala que el crecimiento de dicho país se debe exclusivamente a su propia estrategia de desarrollo que incorporó a grandes conglomerados como Samsung o Hyundai en un proceso de trabajo colaborativo, pero además logró un ambiente amigable con el emprendimiento en esta materia y sólidas bases para la educación científica en las universidades.
Asimismo, se indica que la iniciativa coreana fue también valorada por Dora Altbir Drullinsky, académica e investigadora del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) y Miembro de la Academia Chilena de Ciencia, quien encabezó la charla “El estado actual de la Nanotecnología en Chile y los efectos de la ausencia de regulación en nanoseguridad en el país”, organizada el 30 de mayo por la Biblioteca del Congreso en sus dependencia de la Sede Valparaíso.
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*A ley proyecto que crea Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.