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La participación política a través del arte. «La experiencia del rock en Argentina».

En el contexto macro-social argentino luego de la crisis de 2001, estuvo caracterizado por el protagonismo de formas de expresión ciudadanas novedosas para el sistema político.

6 de agosto de 2018

En días recientes, el abogado argentino Sebastián Sancari, publicó un artículo sobre la importancia de las normas y los valores como factores de integración social, por cuanto indican la necesidad de interpretar los procesos participativos en relación al ámbito cultural en el que se producen.

En el documento, el autor expresa que la Constitución Nacional en su art. 75 inciso 19 establece que es el Congreso el encargado de dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales, así se pregunta ¿De qué manera es receptada la producción artístico-musical en las Constituciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las demás Provincias?

Enseguida, el abogado señala que la compleja relación entre el poder político y determinados movimientos artísticos de innegable trascendencia cultural y generacional, como es el caso del llamado “rock nacional” -cuya producción musical y discursiva ha sido atravesada por recurrentes ciclos cívico-militares en nuestro país- merece un adecuado espacio académico de estudio y reflexión.

A su vez, el artículo sostiene que, la música popular entendida como una vía plausible en la búsqueda de ámbitos de expresión e injerencia en las decisiones públicas ha tenido un gran poder de adaptación a pesar de las profundas transformaciones que ha sufrido nuestro país.

Así, a modo de ejemplo, se recuerda que en el contexto macro-social argentino luego de la crisis de 2001, estuvo caracterizado por el protagonismo de formas de expresión ciudadanas novedosas para el sistema político argentino, si se piensa en las múltiples vías participativas relacionadas con en el uso de redes sociales, en los profusos movimientos asamblearios, o bien en hechos y procesos sociales ligados con la protesta social, como el cacerolazo. Pues bien, señala que las repercusiones musicales de este contexto de convulsión social tuvieron su epicentro en el llamado under musical de la escena porteña, donde muchos jóvenes eligieron nuevamente la música como el lenguaje de expresión de opiniones político-sociales.

De esa forma, concluye el autor citando algunas manifestaciones artísticas que transitaron el camino de la denuncia social a través de la canción de protesta.

 

 

Vea texto íntegro de la publicación.

 

 

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